Con este título de un programa de Televisión Española, motivado por la información de Puro Deporte que firma Johan Umaña (11 de marzo), celebro que el veterano delantero Alejandro Alpízar es, hasta ahora, el jugador con más remates en el Torneo de Verano, un total de 34; 22 de estos directos a portería y siete anotaciones, en lo que llevamos del certamen.
El hoy ariete del Uruguay de Coronado se ha caracterizado por visión, ubicación y certeza ante las redes, virtudes inherentes al ADN de los grandes goleadores nacionales y del exterior.
A sus treinta y tantos años de edad, el Matador sigue dando de qué hablar. Por su entrega. Por su espíritu deportivo. Por la gallardía con la que ha defendido las casacas que ha vestido en su extenso taconear por las gramillas, a saber: Alajuelense en dos oportunidades, Saprissa, Pérez Zeledón, Uruguay de Coronado y la Selección Nacional.
No lo conozco personalmente, salvo contadas ocasiones en las que, a lo largo de su trayectoria, acerqué a este futbolista la grabadora o la libreta de apuntes, junto con otros reporteros al final de los partidos, en la época en que el suscrito era cronista de La Nación . Sin embargo, en esas oportunidades y en otras decenas de veces en las que lo he escuchado, Alpízar ha dejado ver que es un muchacho sensato, realista, respetuoso y valiente.
Hace pocas semanas, cuando Daniel Casas, entrenador de Pérez Zeledón, expresó a través de la prensa que su decisión de separar a Alpízar había sido porque el ariete no se aplicaba, como sí lo hace ahora, Alejandro salió al paso de las declaraciones del técnico uruguayo y ofreció, con firmeza, su punto de vista. Pudo haber dejado pasar las palabras de Casas. No obstante, optó por manifestar su verdad y reaccionó con absoluta decencia. Eso se reconoce y, a nivel de opinión pública, se agradece, pues denota dignidad. Así se defiende una profesión.
En buena hora, nuestro fútbol cuenta con figuras veteranas como Alejandro Alpízar y el limonense Ricardo Harris, por ejemplo. Son referentes para la sociedad. Tal vez no son tan mediáticos como otros famosos, pero se expresan donde realmente importa; es decir, en la brega trepidante del fútbol, ahí donde la realidad se impone.