El PSG no solo necesitará de una noche mágica, sino de un milagro para borrar la debacle que vivió ayer en su propio estadio al caer 1 a 3 ante el Barcelona, en la ida de los cuartos de final de la Champions .
Si bien es cierto aún faltan 90 minutos por disputarse el martes, los parisinos deberán ganar como mínimo 3 a 0 en el Camp Nou para sacar a los culés, algo que ningún otro equipo logró hacer en los últimos dos años en competiciones europeas.
El Barça tiene un fortín para defender un boleto a “semis” que parece seguro, si se toma en cuenta que de los últimos nueve partidos que disputó como local en este certamen, ganó ocho y empató uno, desde el 0 a 3 del Bayern, el 1.° de mayo del 2013.
En esos encuentros, los dirigidos por Luis Enrique marcaron 24 tantos y recibieron seis, por lo que la proeza de los franceses luce aún más compleja.
El PSG llegará a la ciudad condal obligado a secar a una ofensiva que mete miedo en Europa, ya que cada tanto de los azulgranas los obliga a marcar una diana más a las tres que necesitan ahora. También deben vulnerar a una zaga que recuperó la solidez.
Los galos no se dan por eliminados, pero reconocen que la tarea será sumamente difícil.
“No tiramos la toalla, quedan 90 minutos. Ellos marcaron aquí tres goles y nosotros vamos a tratar de hacer lo mismo en su estadio, aunque sabemos que el Barcelona es tan fuerte que será complicado”, dijo el defensor Marquinhos.
La noche de Suárez. El uruguayo Luis Suárez tuvo su noche soñada ayer en París, luego de marcar un doblete en el que sacó su mejor repertorio y se dio el lujo de tirar dos caños contra David Luiz.
Suárez selló una victoria que inició con el tanto de Neymar a los 18 minutos, tras un pase milimétrico de Messi.
Sin embargo el charrúa se robó los aplausos de todos los presentes al 67’ y 79’.
Un debilitado PSG por las lesiones buscó reaccionar en el cierre y tuvo su premio de consolación, luego de que Mathieu marcó en propia puerta al desviar un remate de Van der Wiel, al 82’.
Sin embargo, el Barça no cedió más terreno y sacó una ventaja que parece ser definitiva, pues solo un milagro impediría que no esté en las semifinales.