La presidenta electa del Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación Colectiva (Colper), Yanancy Noguera, cuestionó la decisión del Comité Ética de la Federación Costarricense de Fútbol (Fedefútbol) de archivar el caso Guanacasteca - Herediano porque La Nación no reveló cómo obtuvo la información.
Noguera calificó de “excusas” lo dicho por el Comité y recordó que, aunque “quien ejerce el periodismo profesional debe revelar los nombres de sus fuentes en las informaciones que realiza” hay excepciones en las que eso no se hace con el objetivo de proteger a la fuente y no ponerla en riesgo.
“Estos argumentos (los del Comité) no son de recibo: son excusas que utiliza dicho órgano responsable de la ética y la lucha contra la corrupción en la Federación deportiva. La investigación periodística desarrollada contó con suficientes evidencias de las irregularidades denunciadas, más allá de la versión de una fuente anónima”, dijo Noguera.
La presidenta electa explicó que secreto de la fuente periodística es un derecho constitucional.
“Así lo ha dicho la Sala Constitucional de Costa Rica, lo define la Convención Americana de los Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, lo han resuelto la Corte Interamericana de Derechos Humanos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos” argumentó.
Para Noguera “no es aceptable que, bajo la excusa del desconocimiento de la fuente, se busque eludir una responsabilidad objetiva de un comité de ética sea su naturaleza legal, económica o deportiva”.
La Nación publicó el detalle de varios estados de cuenta de la ADG en los que el nombre de Pablo Campos, empleado de Herediano, mensajero, conocido como el amigo del gerente florense Jafet Soto, es recurrente en ingresos de dinero.
También se revelaron movimientos bancarios del equipo pampero relacionados a Henry Jiménez, contador y directivo del Herediano, Pastor de Jesús Bonilla, abogado recurrente del cuadro rojiamarillo y sus máximos personeros, y Olman Sánchez, entonces gerente de la ADG y al mismo tiempo socio del conocido como dueño de Guadalupe, Antonio Abasolo, quien llegó a Costa Rica por su afinidad con Jafet Soto, según el gerente florense.
Incluso, este medio, publicó extractos de los documentos, sin dar a conocer cómo los consiguió.
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