Pérez Zeledón regresó a sus raíces, fabricó la pócima que se sabe de memoria y se la dio al Cartaginés lentamente, hasta sacarle de sus entrañas el invicto que defendieron por cinco jornadas.
Pérez se impuso 1 a 0, cortó su racha de dos derrotas consecutivas y, de paso, hizo tropezar al único equipo que se mantenía sin doblar la rodilla. Para lograrlo utilizó un antídoto casi letal.
La primera parte dejó muy claro que el tener la pelota no es sinónimo de ocasiones claras, generación de peligro y mucho menos de goles.
Los brumosos controlaron el choque en la etapa inicial, se disfrazaron de locales en el Valle del General, pero les faltó intensidad, profundidad y velocidad por los costados.
Más allá de que la medular la dominaron Mauricio Montero, Cristopher Núñez, Manfred Russell, Jorman Sánchez y Jorge Gutiérrez, no lograron habilitar de buena manera a Marcel Mernández y Julio Cruz, al punto que los centenarios apenas realizaron un disparo directo en 45 minutos.
Mientras tanto, Pérez se acordó que su esencia con el técnico José Giacone radica en armar un bloque muy compacto, regalar la iniciativa, presionar en propio campo y luego salir a la contra.
Luego de recibir 12 tantos en apenas cinco jornadas, Giacone abortó su experimento de arriesgar más e intentar controlar los compromisos, algo que no está en su ADN y que a todas luces no funcionó en las goleadas de Saprissa 3 a 0 (visita), la de Alajuelense 4 a 1 (casa) y la de Santos (visita) por el mismo marcador.
'PZ' regresó a lo que mejor le sale y en su único intento al arco en la inicial, abombó las redes. Una pared de Joshua Navarro con Mauricio Núñez abrió la zaga visitante, Núñez sirvió para César Elizondo y el único punta generaleño se quitó al defensor Jameson Scott, para definir en el 36'.
Si con el 0 a 0 los del Valle del General ya apostaban por cerrarse y defender con uñas y dientes, con la ventaja se aplicaron muchísimo más a la estrategia de su timonel.
Eso sí, encontraron más espacios para los contragolpes y también jugaron con la desesperación de sus adversarios. El tiempo jugó en contra de los blanquiazules, el peso de verse abajo les nubló aún más los caminos y terminaron por estrellarse con la zaga.
No fue hasta en los últimos nueve minutos cuando Martín Arriola y los suyos pudieron llevar verdadero peligro, pero para su mala fortuna se toparon con un Bryan Segura impecable. El guardameta tapó tres clarísimas, con un mano a mano incluido, y mantuvo a salvo el triunfo.
Cartaginés no jugó del todo mal, pero se quedó con las manos vacías, sin invicto y atascado en el cuarto lugar.