Opinión: Un brindis de gratitud

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Quiso la suerte que me tocara escribir la última tribuna del 2016, ocasión para reflexionar, al filo del tiempo, en torno a la comunicación silenciosa entre el autor de un texto y el lector de las palabras, un hilo invisible que nos enlaza y nos justifica por igual.

Gracias a la gentileza de don Antonio Alfaro, director de Puro Deporte , en diciembre del 2014 me integré a este espacio de privilegio en el periódico más importante del país.

Desde entonces, asumo semana a semana la quemante responsabilidad de plasmar críticas, sentimientos y reflexiones, por lo general sobre el deporte, sin olvidar distintos tópicos de la convivencia social que he tenido la dicha de expresar y compartir.

En otras oportunidades he mencionado mi predilección por los calendarios de papel. Me regocija mirar cómo caen las hojas de cada mes.

Marcadas con equis, las fechas se desprenden al vacío y llevan consigo escenas y actividades, compromisos y detalles cotidianos que suman en la existencia, y añaden su imperceptible impronta en los pliegues de cada piel.

Abrigo la esperanza de que el 2017 será un año mejor y, en lo que nos identifica, que es el fútbol, espero que la organización criolla supere sus carencias.

Anhelo que nuestros legionarios sigan triunfando en las gramillas del mundo.

También que culminemos con éxito la ruta al Mundial Rusia 2018; que cesen las marrullerías y las bufonadas en la Primera División. Además, que el arbitraje voltee para siempre la página más negra de su triste historial.

La aspiración de un periodista, escritor o ensayista es capturar la atención del lector hasta la última línea, independientemente de si comulga o no con sus ideas. Si usted ha leído hasta aquí, al filo de la medianoche de hoy, sábado 31 de diciembre, último día del año, festejaré con una copa de vino.

Imaginaré que usted también levanta su copa, su vaso de agua o su taza de café.

Apreciaré, una vez más, la dimensión de este mensaje encapsulado en una botella de mar sabatino que usted recoge, despliega y lee. Compartiré el ritual del 31 y brindaré por su prosperidad. ¡Salud!