Opinión: Retirarse: la última buena definición de Saborío

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Curvilíneas, tentadoras, las cifras redondas son tan irresistibles que muchos sucumben en el intento de alcanzarlas.

Lo sufrió Larry Holmes. El legendario campeón mundial de los pesos pesados llevaba 48 victorias sin reveses ni empates cuando le tocó defender el título contra el mediocre Michael Spinks... quien lo derrotó por decisión unánime en la nombrada Sorpresa del Año en 1985. Holmes se obsesionó con la marca de Rocky Marciano (49-0) y quería alcanzar la media centena.

Spinks sería más conocido por entrar temblando, casi llorando y en shock para ser noqueado por Mike Tyson en apenas 91 segundos en 1988, que por arruinar la formidable marca de Holmes. Y todo por culpa del número 50. Y pensar que el propio Larry había sido el verdugo de otra estrella que no supo retirarse a tiempo: ¡su propio ídolo, Muhammad Ali!, en 1980.

Al mexicano Julio César Chávez fue el número 90 el que lo embaucó. Cuando iba 87-0, ¡sí, extraordinario 87-0!, empató con Pernell Whitaker en 1993, y un año después, con un aún formidable 89-0-1, por fin perdió. Fue contra Frankie Randall. Inclusive Chávez sufrió la primera caída en ring de toda su carrera.

Saber colocar el punto final es un arte. No lo pudieron hacer grandes astros como Michael Jordan, el mejor basquetbolista de todos los tiempos, quien después de ganarlo todo con los Chicago Bulls se enfundó la casaca de los Washington Wizards para retirarse por la puerta trasera, con sobrepeso y derrotado. Diego Armando Maradona se retiró del fútbol en forma... redonda. Con paupérrimo nivel, ni la sombra de lo que fue.

Por eso, hoy avalamos la decisión de Alvaro Saborío Chacón, un goleador histórico que sacudió mecates 95 veces desde su debut y hasta su primera salida del Saprissa, para salir a reventarlos en Suiza, Inglaterra y Estados Unidos, país, este último, donde marcó época con el Real Salt Lake. Y no nos olvidemos que concretó 33 tantos en 106 partidos con la Selección Nacional.

¡Quería retirarse con 100 goles en el Campeonato Nacional! Otra cifra tentadora, pero no merecía despedirse así. Silbado. Vilipendiado. Como dijo José Mourinho: "Aunque ganes muchos títulos, la gente sólo piensa en el presente. En fútbol, el ayer es historia". Así que no se podía esperar otra cosa del monstruo de 10.000 cabezas. Retirarse fue la última gran definición de Alvaro Saborío. No valía la pena seguir sacrificándose con las rodillas hechas añicos, exponiéndose de esa forma. Es hora del adiós. Muchas gracias por todo, "Sabo".

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