Opinión: Mi ídolo se fue

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Yo apenas era un adolescente de 13 años cuando en 1992 un delantero empezó a convertirse en ese ídolo futbolístico que todos tenemos. Eran otros tiempos, sin redes sociales o Internet. Simplemente lo veía domingo a domingo por televisión o cuando mi abuelo, Guillermo Segura, me llevaba al Lito Pérez en Puntarenas.

Sí, quizás no es tan común tener un ídolo en un equipo que no sea uno de los grandes. Pero Javier Astúa daba alegrías en casi todos los juegos. Mi abuelo era de Esparza y algunos años antes de que yo naciera, en 1979, migró con mi familia a Alajuela.

Sin embargo, su tierra predilecta siempre fue la porteña, y era un envenenado del Municipal Puntarenas. Por eso, desde pequeño me llevaba al Lito Pérez o a otros estadios en los que jugaban los chuchequeros.

No puedo olvidar uno de los momentos de mayor alegría de mi abuelo. No recuerdo bien el año, pero Puntarenas eliminó en segunda fase a Herediano en el propio Rosabal Cordero con gol de oro (ahí acababa el encuentro) de Javier Astúa, algo impensable dada la superioridad de los rojiamarillos.

También cuando con sus anotaciones hincaba a Alajuelense y a Saprissa en el Lito Pérez.

Solo una vez pude verlo frente a frente. Fue en Alajuela, cuando dejó los colores naranja y blanco para ponerse el rojinegro. No dudé en externarle mi admiración, sobre todo por lo hecho con Puntarenas.

Javier Astúa ya no está. Luchó hasta el final, pero así es la vida. Desde aquí, le envío las gracias porque muchas veces hizo muy feliz a mi abuelo con sus goles.