Opinión: El buen ejemplo de Carlos Watson

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Carlos Watson dio un gran ejemplo el domingo luego del fogueo que Saprissa empató 1-1 ante Liberia en el Estadio Edgardo Baltodano Briceño.

Sin titubeos, cuando todos esperaban que hablará de táctica y técnica, el estratega se aferró a un verbo simple para lanzar palabras repletas de importancia.

Los juveniles del Saprissa que no estudien o que obtengan malas calificaciones, no jugarán con el equipo.

¡Nada mejor! La medida es sabia, porque si no estudian, se dispararán las posibilidades de andar por caminos empinados el resto de sus vidas, con la desgracia de disponer de pocas herramientas para superarlos.

Lea: Carlos Watson castiga a los jóvenes que no estudian

Ellos deben entender la necesidad de combinar esa disciplina deportiva con una formación académica acorde a las exigencias de los nuevos tiempos, que redunda en un beneficio para sus familias y para el país.

Sobran los ejemplos de jugadores a quienes se les truncan sus ilusiones por una lesión, o que llegan al ocaso de la carrera y quedan en la indefensión económica.

Además, como lo apunta Watson, un futbolista con preparación académica posiblemente tendrá mayor capacidad para entender conceptos tácticos y resolver problemas propios del juego.

A esto hay que sumarle el dominio de otro idioma. La mayoría sueña con jugar en el extranjero, por lo cual deberían invertir tiempo en aprender otra lengua.

El volante ofensivo Rándall Leal lo admitió en una entrevista a este medio. Cuando llegó a su club en Bélgica, hace dos años, el técnico lo dejaba en banca o en la gradería por temor de que no comprendiera sus indicaciones, pues era el único latino y nadie le traducía su mensaje al Español.

Lea: Rándall Leal no ve su juventud como impedimento para colarse en la Sele Mayor

No hay excusas. Otras personas cumplen extensas jornadas laborales y dedican la noche a estudiar, sin importar el cansancio ni la edad.

Posiblemente los jugadores disponen de más tiempo libre durante el día, luego de los entrenamientos, que bien pueden aprovechar para aprender y abrir sus mentes al mundo.

Ojalá otros equipos de fútbol u organizaciones imiten las decisiones que toma Watson, sobre todo aquellos que se volvieron tierra fértil para la producción de figuras.

El mensaje del entrenador del Saprissa también debe trascender el balompié, pues aplica para la vida de cualquiera. Debe encontrar eco en los hogares, en las industrias, en los comercios...