Opinión: Como con la mano

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¿Vieron cómo Víctor Mambo Núñez colgó ese balón en la altura imposible para Patrick Pemberton? ¡Qué manera! Como si la hubiese lanzado con la mano, el ariete rojiamarillo puso la pelota fuera del alcance del guardameta manudo, con el cálculo y precisión propios de un campeón de billar, en el juego que Herediano y Alajuelense libraron a media semana en el Rosabal Cordero, con victoria florense por 2 a 1.

No conozco personalmente a Víctor Núñez. Habré intercambiado con él preguntas por respuestas, cortas y concisas, en un par de ocasiones, en los años en los que fui cronista deportivo y reportero futbolístico a punta de pasión, libreta y trazo. Pero como escribidor, generador de opinión y, sobre todo, amante del buen fútbol, me complace reconocer la habilidad innata de este muchacho de origen dominicano y costarricense hasta la médula.

¡Qué golazo, Mambo! El mismo Patrick Pemberton, con alto espíritu deportivo y nobleza lo reconoció ante la televisión. “Fue un gol como solo el Mambo sabe hacerlos”, expresó el fantástico cancerbero de los erizos al final del encuentro.

“Una jugadita, por amor de Dios”, ruega el escritor Eduardo Galeano (1940-2015) en uno de sus maravillosos textos. Pues bien, si se mantuvo avispado desde la eternidad, es posible que el eximio intelectual y escritor uruguayo se haya sentido más que complacido por esa joyita del artífice de ébano quien, dicho sea de paso, ha redundado con anotaciones de alta calidad y exquisitez como goleador histórico del fútbol nacional.

Aprecié el gol del Mambo en uno de esos momentos, simples y cotidianos, que suelo disfrutar. Recién me había servido un cafecito, atento al juego de marras en mi gran pantalla plana (perdonen que raje). Elías Aguilar tomó la pelota. Abrió a un costado para Rándall Azofeifa (otro gran futbolista) y Azofeifa, con sagacidad y buen tino, filtró el pase al Mambo. Víctor la empalmó con destreza y… ¡Saz!, la esfera a los cordeles, tras el vuelo imposible de Patrick.

La crítica mordaz y el señalamiento de errores, horrores y gazapos son aspectos consustanciales al periodismo, puesto que abundan en el fútbol nacional. Valga entonces una excepción para destacar la belleza del deporte cuando se practica con afán, arte y talento.