Pelé jugó tres veces como portero del Santos. No permitió un solo gol en contra. Su mini-carrera de guardavallas terminó invulnerada. Hubiera sido una magnífico cancerbero, y sobre todo, jamás hubiera tenido que enfrentar a Pelé haciéndole goles.
Cantante de talento, autor de varias bellas tonadas, le compuso una canción a Maradona como gesto de reconciliación, pero el argentino, desde su insondable arrogancia y falta de clase, no supo apreciar el gesto.
Durante una gira al África, el Santos tuvo que presentarse en un país que estaba en guerra con su vecino. Pues sucedió que para ver jugar al fenómeno brasileño, ambas naciones declararon una tregua civil. Así pues, la guerra se suspendió por espacio de un día.
Expulsado en cierta ocasión del terreno de juego, el público presente en el estadio exigió su reingreso a la cancha con tal vehemencia, que el árbitro no tuvo más remedio que permitirle volver a entrar. De lo contrario, iba a ser necesario suspender el partido.
Se prodigó como actor, y participó en la exitosa película de 1981 Evasión o victoria, una superproducción en la que trabajó al lado de Michael Caine, Max von Sydow y Sylvester Stallone. Pelé fue el encargado de diseñar todas las coreografías futbolísticas de la película. Para ello convocó a sus amigos Moore, campeón mundial en 1966; Ardiles, campeón mundial en 1978; y Deyna, capitán de la inolvidable selección polaca que conquistó el oro olímpico en Múnich 1972 y el tercer lugar en el campeonato mundial 1974.
En 2002 Pelé logró que la FIFA y Unicef se unieran para dedicar al Mundial Corea - Japón a los niños, gestión que fue un inmenso éxito humano y financiero.
Como si todo esto fuera poco, en 1994 fue nombrado ministro de deportes de Brasil. Desde esta posición logró promulgar la “Ley Pelé”, la cual estipula que en cuanto se acaba el contrato de un jugador con su club, debe renovar con este, o el club debe dejarlo en libertad. Además, esta medida obligó a que los clubes actuaran como empresas legítimas, debiendo mostrar balances anuales auditados. Medidas que nos caerían muy bien a nosotros.
Pelé es una figura inagotable. Ha sido objeto de cinco biografías, y en todas ellas encontramos datos extraordinarios. Más, mucho más que un gran futbolista, un inmenso ser humano.