Opinión: 100 velitas para Alajuelense

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Alajuelense perdió los modales de campeón en los últimos 5 años, en parte por la suma de errores propios, pero, también, por la lógica superioridad de sus rivales que tampoco le darán tregua en 2019.

Que el dueño de la mitad del corazón futbolero del país resigne protagonismo frente a Saprissa y Herediano golpea el orgullo y la seguridad de una divisa anclada en el corazón de la gente con merecimiento.

Veintinueve campeonatos, un estilo que mezcla buen juego con despliegue físico y legiones de futbolistas de clase que sirvieron a la causa propia y de la Selección, explican por qué la Liga se ganó la devoción nacional.

La dirigencia echó a andar un plan para salir campeón en el año del centenario, en lo que supone jugar el primer semestre del 2019 sin errores, con marca perfecta, juego contundente y vuelta olímpica como premio.

Es un periodo muy corto para reencontrarse con la estirpe perdida, la fe ganadora, el rendimiento ideal en todas la líneas que le permita llegar a una final y largar el grito de campeón.

Quizá le venga bien a la institución algo de terapia, es decir, hallar la serenidad para buscar el camino, tomar las decisiones correctas y apuntalar una estructura en donde si, por ejemplo, hace falta Daniel Colindres como se rumora hoy, el ariete complete una línea de ataque infalible.

El talón de Aquiles parece ser el medio, en donde con la jubilación de Wilmer, se pensionó también el talento para encender tanto la usina como el cerebro para hacer la pausa que en ocasiones se requiere para frenar tanto vértigo rojinegro de tres cuartos para adelante.

Pero las prioridades apuntan a la defensa, con las acciones del hondureño Henry Figueroa cotizadas al alza, en una demostración de que el blindaje atrás apareció como causa de la reciente eliminación. ¿Será así realmente?

Preferiría traer un mediocampista con la puntada de Álvaro Solano, la llegada con gol de Cayasso, o la movilidad y el toque corto o largo de Ramírez, para que Alajuelense sople esas 100 velitas y celebre como un digno campeón.