No sea la mosca atrapada en las redes (sociales)

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Paranoia, paranoia. “Big Brother” existe. Está en las redes sociales, espiándolo, camuflado detrás de las pantallas de computadoras, tabletas y celulares... ¡Está metido en su bolsillo!

Medite bien lo que dice, por escrito o a viva voz. El ciberpacio tiene agujeros negros, de gusano, que engullen, destrozan y lo pueden mandar a dimensiones desconocidas, tales como el despido sin responsabilidad patronal (ejemplo: Guzmán) o la suspensión por tiempo indefinido (Carpio).

Los comentarios humorísticos y la “chota” en general se pueden voltear en su contra. ¿Verdad, Roberto? Y, con más razón, el exabrupto catártico, esa liberadora retahla de atrocidades dichas con el único propósito de desahogarse, pero que casi nunca se dice en público ni en serio. ¿O sí fue en serio, Juan Gabriel? En fin... que tire la primera piedra quien nunca haya vacilado o despotricado.

Pero, cautela. Paranoia, paranoia. Aunque extraoficiales, la salida a la luz pública por medios legales o ilegales de alguna manera oficializa las palabras del emisor, porque las medidas tomadas por los patronos no son virtuales, sino reales, palpables, drásticas y hasta dolorosas. No sea la mosca atrapada en las redes (sociales).

Sépalo bien. Usted se mete en chats de “amigos” y esos dizque amigos pueden ser así, entrecomillados, máscaras de “emoticons” amables que esconden Iscariotes, mequetrefes capaces de esparcir sus comentarios en la web sin su consentimiento. ¿Con o sin mala intención? No importa. El daño es el mismo. Así que, si le sucede, ¡demande! El antídoto contra la paranoia podría ser la jurisprudencia. Mientras tanto, procure no regurgitar la bilis sobre el teclado, ya que, por ahora, el anti viral más eficiente sigue siendo la prudencia a secas (sin el “juris”).

El mundo cambia. Las redes sociales son una realidad, pero hay cosas que nunca podrán reemplazar el cara a cara a la antigua. No se trague la bronca ni se guarde la broma por miedo. ¡Libérese!, pero hágalo en la intimidad del encuentro personal, sin tecnología de por medio, frente a frente con amigos de verdad, sin comillas. Si igual lo traicionasen, por lo menos no habría grabaciones... ¿O sí? Paranoia.

Archivo adjunto: Nunca pulse el botón “me gusta” sin antes medir consecuencias ;-)