Cartago
Dejar atrás los señalamientos por cometer faltas innecesarias y no ganarse tarjetas amarillas por exceso de rudeza o fallos en la anticipación.
Estos son los objetivos que se fijó Néstor Monge, quien busca mostrar otra imagen para así quitarse la etiqueta con la que carga, de ser un futbolista que golpea de más a la hora de intentar recuperar la pelota.
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Monge regresó a Cartaginés para el Invierno 2016 con el deseo de ganar protagonismo y dejar atrás un certamen de Verano en el que solo disputó 220 minutos con Saprissa; para lograrlo identificó que es indispensable reducir la cantidad de infracciones que comete.
De momento parece lograrlo, ya que según las estadísticas que fecha a fecha contabiliza La Nación, solo cometió cinco faltas en tres presentaciones, mientras que recibió seis, por lo que en promedio comete una cada 54 minutos.
Esta cifra supera a la del campeonato anterior, en el que si bien es cierto casi no apareció, terminó con un registro de una infracción cada 31 minutos (siete en total en los seis encuentros en que jugó al menos un rato).
El contención reconoce que no le será fácil quitarse la percepción que hasta los réferis tienen de él, la cual le pesa en algunos señalamientos.
"No me considero un jugador mal intencionado. Me propuse cambiar porque vengo acarreando habladas de los árbitros dentro de la cancha por una u otra falta y por eso he intentado ganar y no cometer ningún tipo de falta cuando voy a una pelota dividida o a marcar a un rival", manifestó el brumoso.
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Monge afirma que trabaja horas extra con ejercicios de velocidad y reacción que le ayudan a mejorar el timing para quitar la esférica. Sin embargo, reconoce que mucho pasa por la experiencia para reconocer los momentos idóneos para atacar al oponente.
"Me gusta ganar, ir hacia el frente y en algunas ocasiones esa ansiedad me juega una mala pasada, pero he tratado de mejorar y hasta ahora me ha servido. Trato de llegar antes o quedarme después de los entrenamientos para practicar y así saber discernir cuándo anticipar, cuándo parar, cuándo chocar o cuándo no ir", agregó.
En el fútbol actual el recuperador no solo debe cortar, sino que es fundamental que esté bien posicionado, de salida y recurra a la barrida como última alternativa, debido que es quien da el equilibrio al equipo y escuda a los centrales.
Estos aspectos los tiene muy claros Monge, según dice. Sabe que el exceso de infracciones lo limitan si lo que busca es consolidarse.
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"He tratado de mejorar viendo mis falencias y mis virtudes para ponerlas a la orden del equipo. En algunos partidos me toca estar solo en la recuperación y por eso si salgo, tengo que ir a ganar porque no puedo dejar a los tres compañeros de la defensa solos en esa zona", señaló.
En las primeras tres fechas Néstor solo vio una tarjeta amarilla y de momento parece ir bien encaminado en limpiar la imagen con la que acarreaba de ser un futbolista rudo.