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Mayweather nos informa, orondo, impúdico, alardoso, que ha

fundado un club de strip tease. “Porque las vaginas, los senos, el alcohol y la desnudez son las únicas cosas que no pasan de moda”. Nos ilustra, además, declarando que el local tiene una verdadera colección de bellas mujeres, y que coleccionar hembras es más divertido que coleccionar estampillas o monedas. Y esa fue la cátedra axiológica que nos brindó este gran pensador, este gran filósofo, este gran humanista que se jacta de dormir en colchones rellenos de dólares.

Este cafre, este bocazas, este primario, soez y éticamente reprensible ser humano es un ídolo mundial, ha sido campeón de cuatro categorías, y es una personalidad mediáticamente ubicua. Sus fans correrán a lapidarme por exponer y criticar, en este texto, la suma perfecta de antivalores que este atorrante representa, lo nocivo de su ejemplo para los niños y jóvenes que lo emulan, lo que sus obscenos pronunciamientos públicos desnudan de nuestra época, y la forma en que su conducta le da la razón a las aterradoras distopías de Spengler (“La decadencia de occidente”), Huxley (“Un mundo feliz”) y Orwell (“1984”).

Algo anda muy mal, algo está podrido y apesta, en una sociedad que hace de estos enfermos mentales sus héroes, paladines, y grandes figuras modélicas. Así que las vaginas, los senos, el alcohol y la desnudez, todos ellos homologados en el mismo nivel ontológico: son cosas, elementos intercambiables y poco más o menos equivalentes. La mujer fragmentada, desmembrada, reducida a sus segmentos fetiches: la mujer-metonimia, pars pro toto, la parte por el todo: una mujer no es un ser humano integral: es su vagina, sus senos y su desnudez, y no tiene más dignidad que el alcohol o la droga. Amigos, no sé ni por donde comenzar a enumerar todo lo que es abismalmente incorrecto y aberrante en esta concepción . Este textito ni remotamente me permite el espacio para ir por esos andurriales.

Me duele el estómago, me da náuseas leer ese veneno ideológico. Me indigna que semejante malandrín pueda infectar el planeta impunemente con sus deletéreos comentarios. Sociedad enferma, que idolatra a un miserable de esta laya.