Martín Arriola vive momentos convulsos al frente de Cartaginés. El técnico acumula seis juegos sin ganar (cuatro empates y dos derrotas) y ante esto un sector de la afición pide su salida y se mete con el timonel. Sin embargo, dice estar firme y con fuerza para seguir en el cargo.
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El divorcio entre un grupo de seguidores y el estratega es total. Incluso, Arriola fue el blanco de los insultos durante el juego en el que los blanquiazules empataron 2 a 2 ante la UCR en el último minuto. La situación se volvió tensa en el instante que cayó el gol de la igualdad de los centenarios, al punto que el uruguayo realizó un gesto a quienes lo increpaban y fue expulsado.
El charrúa recalcó que no tolera el irrespeto y aseguró que seguirá luchando por recomponer el rumbo de un equipo que es sexto, a siete puntos del cuarto lugar. Además, explotó contra el arbitraje por los constantes fallos en su contra. Esta vez le anotaron un tanto en fuera de juego y no le señalaron un penal a favor.
—¿Lo desconcentra lo que la gente le grita y la forma en la que se meten con usted?
—No, para nada. Lo que me molesta es el irrespeto, porque yo no voy por la calle y al ver una persona la insulto; esto es irrespetar. Nadie tiene derecho a pagar una entrada para insultar, esto no lo voy a soportar ni dentro de la cancha ni fuera de ella. El resto de cosas, no me desconcentra para nada.
“No quiero que se malinterprete, pero no soporto el irrespeto. Soy un ser humano y merezco respeto, pero el que quiera hacer algo diferente, lo tendrá que hacer de cerca, no de lejos. No voy a ningún lado a insultar a nadie y por lo mismo, no lo voy a tolerar jamás”.
—Ante todo lo que se da con usted, ¿quiere seguir en el cargo?
—Por supuesto que quiero seguir. Tengo que respetar a la gente que me tiene acá, a mi familia, mis jugadores y a la gente que trabaja conmigo; el resto no me interesa. A mí me cuesta descansar, me cuesta horas de sueño por trabajar. Sin embargo, jamás voy a salir por la puerta de atrás, que eso lo tengan claro.
”He tenido la suerte de que en este club también me ha ido muy bien. Si pasan por donde están los trofeos, en muchos de esos también estuve yo. Lo que me mantiene acá es lo que mencionaba del respeto a mi familia y a mis compañeros; no la gente.”
—¿Cómo se siente Martín Arriola el ser humano?
—Mi familia ya ni viene al estadio, porque la gente es irrespetuosa. Además, otra cosa, no han notado ustedes (periodistas) que en este club cuando el equipo va ganando la gente está en silencio, pero cuando se empieza a perder la gente empieza a gritar. Es totalmente opuesto a lo que sucede en todos lados. Por eso, nos toca lo que nos toca.
”A mí me preocupa mucho trabajar para este equipo, me dedico mucho y trabajo mucho. De igual forma, soy muy consciente del lugar en el que estoy, la responsabilidad que tengo y el compromiso que asumí con esta institución. Después, repito, no tolero el irrespeto. Anímicamente lo único que me preocupa es que no estamos ganando y esto me golpea, porque yo sí soy aficionado y por eso estoy acá”.
Están en una racha negativa, se quedan a siete puntos del cuarto lugar. ¿Qué tan lejana ven la clasificación?
—Está complicado, no por lo matemático, sino porque llevamos varios partidos sin sacar los resultados. Eso sí, voy a decir más, no visualizo que podamos ganar el próximo partido en Alajuela con este tipo de arbitrajes. Podemos hacer todos los méritos para ganarlo, pero las decisiones arbitrales hacen todo lo posible para que no suceda. No vengo a dar excusas, pero los errores son demasiado notorios y no sucede nada.
—Vuelven a perder puntos en casa. ¿Qué análisis hace del juego?
—En los primeros 15 tuvimos desconcierto, descontrol e impotencia, porque nuevamente nos marcan un gol en posición adelantada. Entonces es muy difícil cuando suceden estas cosas. Después logramos equilibrar, fuimos superiores, empatamos y tuvimos el control. La segunda parte fue toda nuestra y la UCR se vio tan superada que cambió su sistema. Sin embargo, otra vez hay un claro penal a favor y no nos lo pitan.
”No funcionamos bien por 10 minutos en la primera parte, pero fue producto del desánimo y la desconfianza por el gol que nos hacen en fuera de juego, justo cuando estábamos mejor. Otra vez ocurrió lo mismo, calmamos las aguas, entramos al segundo tiempo, no nos sancionan un penal, la U nos marca en un balón parado y de ahí todo es nerviosismo. Empatamos un partido en el que fuimos mejores, merecíamos los tres puntos, pero todo lo que sucede es muy extraño”.