Los Toros revuelcan a Cartaginés y son líderes

Ganó el mejor. Pocas veces sucede que un equipo es muy superior a otro. Y lo fue San Carlos, un toro bravío, capaz de revolcar a Cartaginés cuando trató de levantarse del suelo.

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Ganó el mejor. Pocas veces sucede que un equipo es muy superior a otro. Y lo fue San Carlos, un toro bravío, capaz de revolcar a Cartaginés cuando trató de levantarse del suelo. Apenas tenía dos minutos de haber recibido el primer gol y Álvaro Saborío perforó las redes blanquiazules para levantar de sus sillas a la feligresía norteña. Fue el 2 por 0.

Rugió el Carlos Ugalde, golpeó San Carlos. Dejó muy herido a los brumosos y confirmó que tiene los bríos para pelear por la cima. El equipo dirigido por Luis Marín amanecerá líder este domingo, a la espera de lo que pase entre Limón y Pérez Zeledón este domingo (3: 05 p.m.).

Resintió el equipo de Martín Arriola la falta de profundidad, muy presente en el bando local, de amplios recursos para llegar a portería y provocar ocasiones de peligro.

La radiografía de la primera etapa muestra a San Carlos como claro dominador, capaz de proyectarse mediante distintos recursos para obligar a Cartaginés a replegarse.

Con la vía del juego directo, la apertura por los costados y el juego a la espalda de los zagueros, los norteños se insinuaron con frecuencia, a razón de un ataque con buena coordinación en los movimientos y lectura de partido para descifrar el candado blanquiazul, ordenado y concentrado, ante la presión de los anfitriones.

En principio fue Álvaro Saborío el receptor de la mayoría de ataques, pero luego se le unió Albert Villalobos, de diagonales constantes que sorprendieron a la retaguardia.

Un remate de José Luis Cordero al borde del área acabó por ser repelido por William Quirós en la línea para salvar a su equipo, cuando solo unos minutos atrás el propio defensor cometió una falta dentro del área sobre Álvaro Saborío. El central no señaló el penal.

En el cierre de la primera etapa el cero se hizo gigante pese a la insistencia norteña, Cartaginés equilibró la balanza, al menos timidamente.

El poco control de la pelota se tradujo en mínimas ocasiones de gol para los brumosos.

El segundo periodo empezó muy distinto. La intensidad bajó y Cartaginés emparejó el duelo, pese a que resintió la falta de profundidad en el último cuarto de cancha.

Con excepción de Paolo Jimenez, intimidante por el perfil izquierdo, la ofensiva brumosa denotó falta de solvencia; nunca apareció Manfred Russell en la distribución.

Por el contrario, el joven norteño Roberto Córdoba retomó el protagonismo de la primera etapa con una solvencia tremenda en el pase largo y corto, necesaria para darle fluidez al mediocampo y construir la mayoría de ocasiones de peligro de los Toros.

También se enchufó Albert Villalobos y el propio Diego Madrigal, encaradores y penetrantes, un dolor de cabeza para la retaguardia.

De un trazo de Córdoba nació la jugada del primer gol, cuando lanzó un balón al área y Jameson Scott lo desvió a propia puerta, al 65'; el zaguero, una pesadilla para Álvaro Saborío en el juego aéreo, sufrió un castigo demasiado caro, al cometer el autogol que mandó a la lona a los brumosos cuando más parejo se miraba el cotejo.

El Carlos Ugalde, abarrotado de seguidores, se levantó de su silla para rugir y celebrar un gol que dejó atónico a todo el banquillo brumoso.

Apenas si se levantó del suelo el equipo de la Vieja Metrópoli cuando Diego Madrigal cruzó un pase entre los centrales que le permitió a Saborío anotar de nuevo. 2 por 0.

Rugió de nuevo el redondel norteño.