Los prin... cipales apodos de equipos

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Tras perder la final de la Copa Libertadores 1966, ante el uruguayo Peñarol y después de ir ganándole 0-2, al River Plate sus rivales argentinos lo convirtieron en el "pato de la fiesta" o, mejor dicho, en la "gallina"...

De vuelta al certamen local, River visitó a Banfield y desde la tribuna local lanzaron al césped una gallina blanca con una banda roja, en alusión al uniforme rioplatense. Desde entonces, a jugadores e hinchas de este club los llaman gallinas y, ¿cómo no?, al Estadio Monumental "El Gallinero".

Los futbolistas y seguidores de Boca Juniors no tienen un sobrenombre más bonito: bosteros, de la palabra "bosta" (excremento del ganado vacuno o caballar, según la Real Academia. O sea. "boñiga"). El mote surgió de un cántico de aficionados "gallinas" con motivo de una racha de inundaciones que sufrió el barrio La Boca, haciendo que las alcantarillas colapsaran y se soltasen fétidos olores.

Lejos de lloriquear o amenazar con demandas, los equipos asumieron las bromas como motivación adicional para confirmar y hasta para acrecentar su poderío deportivo (River y Boca son los dos más grandes de Argentina). Ni, mucho menos, salió un dirigente con investidura de imparcialidad a quejarse ni a amedrentar con acusaciones penales a quienes dijeran "bostero" o "gallina". ¿Se imaginan? ¡Cómo se habrían burlado de él en todos los programas cómicos de la República Argentina!

En Costa Rica, a los jugadores brumosos les cantan "huele a muerto, Cartago huele a muerto", principalmente los heredianos; hasta les llevan ataúdes con lazos blanquiazules y hay algunos que se disfrazan de muñeco con el fin de desmoralizarlos. Aunque los cartagineses no han podido traducir esas provocaciones en combustible psicológico, como sí lo logran River y Boca, tampoco han salido lloriqueando por ser tan "conchos" y tan "malitos" los florenses. Sería un ridículo, porque la "chota" ingeniosa es parte del fútbol y siempre será mejor una broma que la ofensa soez o la agresión.

De igual forma, los brumosos les restriegan en la cara a los florenses la estrella dorada de su escudo, la de Concacaf, la que nunca conquistó el "Team", y, así, los morados vacilan a los manudos y los manudos a los morados y de ningún equipo ha salido personero alguno a lloriquear...