Los nuevos bríos de San Carlos nacen de un inversionista, el doble de patrocinios y 900 socios

La Nación conoció a detalle los pilares del proyecto norteño, que refleja una sinergia entre los empresarios de la zona, el gobierno local y la comunidad. El estadio, totalmente remozado, es el primer cambio evidente.

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Un rótulo rojo de buen tamaño se recuesta justo al frente de la gradería principal del estadio Carlos Ugalde. El número de teléfono de aquel anuncio queda a plena vista del aficionado. Hace un tiempo, la empresa de taxis de San Carlos decidió patrocinar al equipo por una simple razón: cuando el club está en Primera y juega de local, las calles paralelas al reducto se llenan de aficionados que necesitan servicio de transporte para regresar a su casa.

Habían 3.200 seguidores en el último partido del equipo norteño frente a Grecia. Un juego de gradería vacía para la mayoría de clubes pequeños, pero no para San Carlos. Se podría considerar ‘una euforia pasajera’ por el reciente ascenso, de no ser porque el club ya registra cerca de 900 socios, más que cualquier otro plantel no tradicional.

El reciente ascenso de los Toros del Norte es antagónico del que consiguió en el 2016, cuando volvió a Primera con apenas 15 días de preparación y un equipo joven, sin el tiempo (ni el dinero) para hacer fichajes de peso y con un estadio en condiciones apenas aceptables.

La versión actual del club refleja una sinergia entre los empresarios de la zona, la Municipalidad y la comunidad que se traduce en el doble de ingresos por patrocinadores, un inversionista fuerte que apostó por el proyecto deportivo, un gobierno local que aumentó su aporte al considerar al club un embajador para la Zona Norte, y un estadio con una afluencia masiva de público.

Como hay dinero en las arcas, se le puede pagar al día a un grupo de futbolistas de experiencia, como Álvaro Saborío, Marvin Obando, Carlos Acosta, Ismael Gómez, Alfonso Quesada y, recientemente, a Diego Madrigal.

El estadio dista mucho del que había antes, con graderías de madera; ahora hay zona VIP, camerinos de lujo, zona de prensa y butacas nuevas.

El inversionista. El jugador argentino, Ismael Gómez, recuerda como un día cualquiera entró al camerino un empresario y les prometió mejorar sus condiciones. Les habló de lo que pretendía hacer en el estadio y de la ambición de que el equipo regresara cuanto antes a la Primera División.

Cuatro semanas después, ya había camerinos nuevos. El plantel, en ese entonces en la Liga de Ascenso, hizo la promesa de ganar los siguientes partidos a como diera lugar.

“Nosotros dijimos, ‘ojalá lo haga’, porque lo que él decía eran ideas de un club súper profesional. Eso nos metió presión de que teníamos que ascender sí o sí”, contó Gómez.

Este empresario era Luis Carlos Chacón, dueño de la empresa Cigac (Centro Internacional Genético de América Central), un laboratorio de genética de ganado de la Zona Norte.

Cuando el equipo descendió, el presidente del club, Sergio Chaves, se reunió con algunos empresarios norteños en busca de ingresos frescos que le permitieran conseguir el ascenso de forma inmediata. El apoyo llegó, pero no era suficiente para llegar al punto de equilibrio.

Cuenta Chaves que ya se habían reunido con el alcalde de San Carlos, Alfredo Córdoba, para solicitarle más apoyo. Con el descenso, la Municipalidad notó que el cantón perdió un megáfono gigante, pues la mayoría de medios de comunicación dejaron de cubrir el equipo con la frecuencia que lo hacían cuando jugaba en Primera.

Córdoba optó por aumentar el apoyo económico al considerar que si el club regresaba a la división de honor, podía ser un embajador valioso para que el nombre San Carlos tuviera una repercusión nacional.

Después tocó convencer a Chacón, hasta entonces dedicado a sus empresas relacionadas al ganado.

“Hablamos con Luis Carlos y con el alcalde (Córdoba) sobre la oportunidad que teníamos de ascender al equipo. Luis Carlos venía de vender unas empresas y estaba un poco desocupado de tiempo. Él ha llevado el mayor peso entre todos los inversionistas”, explicó Chaves.

El jerarca norteño atendió a La Nación en el Carlos Ugalde, cuando todavía no se terminaban los trabajos de remodelación. A la par del salón VIP hay una sala de trofeos. Básicamente se creó este espacio para ‘chinear’ a las marcas que sostienen al club.

El aporte de la Municipalidad, de Chacón y en general de los patrocinadores ha permitido que se hagan los nuevos trabajos en el estadio municipal. A inicios de año se cambió de gramilla y a la fecha solo falta algo de pintura para terminar los acabados.

La última noticia fue que San Carlos le vendió los derechos de transmisión al canal Multimedios en lugar de a Televisora de Costa Rica, su casa de los últimos años.

Este movimiento provocó un efecto dominó poco conocido. Hubo una negociación entre el nuevo canal y Coopelesca, una cooperativa local que ofrece el servicio de cable e internet.

Chaves explicó que Coopelesca no podía patrocinar al club en el pasado. La relación que existía con Televisora de Costa Rica, empresa hermana de Cabletica que también ofrece estos servicios en la zona, impedía cualquier negociación.

Como se creó una relación comercial entre el nuevo canal y la cooperativa los norteños ganaron dos socios en lugar de uno, lo que aumentó los ingresos.

El equipo. El portero Jason Vega reside a 50 metros del estadio de San Carlos. Recuerda que asistía con bastante frecuencia a los entrenamientos del equipo cuando era un niño. Después de quemar todas las etapas de liga menor, le tocó asumir la titularidad en el primer plantel cuando logró el anhelado ascenso.

Todavía le cuesta creer que la institución haya sufrido una transformación radical en sus instalaciones.

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“Es realmente increíble. Yo veía el estadio con graderías de madera. Algunas partes podridas o con polilla, y ver ahora los camerinos... Antes nos sentábamos en una gradería bastante incómoda y ahora vea cómo está”, afirma, mientras posa junto al casillero que lleva su nombre y su foto.

Vega afirma que el presente del club obliga al vestuario a mantenerse arriba en la tabla de posiciones.

Ya de por sí, en las calles hay un involucramiento total con el plantel. Los futbolistas reconocen que cuando caminan por la calle, los aficionados les recuerdan constantemente los siguientes partidos, los últimos resultados y la ubicación en la tabla.

“Es que la gente de acá viene al estadio. Apoyan y también presionan. Eso es bueno. Es diferente a otros equipos en los que he estado”, añadió Gómez.

A la fecha, San Carlos es sexto del torneo, pero la aspiración del presidente del equipo es clara: “Queremos jugar la Concacaf”, resaltó Chaves.

Fotografías del Estadio Carlos Ugalde de San Carlos: