Las 10 razones por las que la Champions League es del Real Madrid

Navas, Ronaldo, Zidane, un poco de fortuna y la casta de campeón, la base del cetro

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

---

La Champions League parece estar hecha a la medida del Real Madrid, un equipo que se transforma por completo en esta competición y sin importar el presente que viva en el torneo doméstico, suele lavar sus penas con una Orejona que ya levantó en 11 ocasiones.

Si bien es cierto vivió media temporada tormentosa, en la que incluso sufrió un cambio de técnico a inicios de año tras la salida de Rafael Benítez, Zinedine Zidane logró alinear todos los astros de los merengues y se convirtió en pilar para los blancos.

Sin embargo, no fue el único pilar en la obtención de la undécima, ya que tuvo la colaboración de un Keylor Navas magistral, tras recibir solo tres goles en 11 juegos; un Cristiano Ronaldo con un apetito voraz, con sus 16 tantos en 12 choques.

A esto se suma una zaga que funcionó casi a la perfección y permitió únicamente seis dianas, mancomunándose con una delantera explosiva, la segunda más efectiva en el certamen.

Sin embargo, la fortuna también ayudó para no toparse a ningún campeón de las mejores ligas en las muertes súbitas y en momentos de apremio salió la casta de un plantel acostumbrado a ganar la Champions y que llegó con menos desgaste y con toda la ambición por no sumar su segundo año sin títulos en las vitrinas.

Al final se dejó el título más preciado, por claras razones.

Las razones:

1. Keylor Navas fue una muralla: El tico fue un pilar en el arco al recibir solo tres goles en 11 partidos disputados y mantener su portería en cero en nueve de los 11 compromisos que jugó. Incluso, paró el 90% de los remates que le hicieron.

---

2. Ronaldo insaciable: Por cuarta campaña consecutiva fue el goleador gracias a sus 16 tantos, mismos que lo ratifican como el máximo romperredes del certamen, con 93. Además, fue quien más remató directo, con 40 disparos.

3. Solidez defensiva: El Real fue la mejor defensa de la Champions, tras recibir solo 6 goles en 13 partidos, ¡0,46 goles recibidos por juego! A esto se suma que en la Liga tuvo la tercera mejor zaga, luego de 34 tantos en 38 compromisos.

4. Factor Zidane: Llegó el 4 de enero del 2016 y desde ese momento el club tuvo un rendimiento del 86%. Mejoró la parte física, ordenó y unió el vestuario e hizo química con los jugadores. En Liga se quedó a un punto del Barcelona.

5. Fortuna en sorteos: Solo enfrentó a un campeón de una liga grande de Europa, el PSG francés en la fase de grupo. En muertes súbitas eludió a los favoritos y cerró siempre en casa ante Roma, Wolfsburgo y el Manchester City.

6. Ataque eficaz: El Real fue el segundo equipo más goleador de la Champions con 28 tantos a favor en 13 partidos, para un promedio de 2,1 goles por juego. Entre Cristiano y Benzema marcaron 20 dianas.

7. Menor desgaste: Llegaron a la final de Champions con 52 juegos disputados en la campaña, cinco menos que el Atlético. Esto al quedar fuera de la Copa del Rey en dieciseisavos. Zidane lo aprovechó para trabajar su idea.

8. Frialdad en penales: Sus cuatro cobradores en la final fueron muy certeros en los lanzamientos, al punto que Jan Oblak, arquero del Atlético, apenas adivinó la dirección de uno de los disparos, pero estuvo muy lejos de detenerlo.

9. Rodaje en Champions: El Real tenía en su planilla 14 jugadores que ya habían levantado la Orejona, a diferencia del Atlético, en el que solo Fernando Torres ganó el torneo. Además, es el equipo más ganador del certamen con 11.

10. Apetito por títulos: Al quedarse sin Liga –la ganó Barcelona– y sin Copa del Rey –también de los catalanes–, era vital para el Real conquistar la Champions, ya que acumular su segundo año en blanco habría sido catastrófico.