Los clásicos son distintos: el presente deportivo queda de lado y poco importa si un equipo infló más su pecho con buenos resultados en la previa.
Sobre el terreno de juego hay paridad total, más aún cuando se enfrentan el Real Madrid y el Barcelona.
Así lo reflejan las estadísticas de los últimos 20 enfrentamientos entre los dos gigantes de España, debido a que en nueve de estos duelos se impuso el que llegó mejor ubicado en la tabla, en ocho ocasiones triunfó el que venía rezagado y en tres se dio un empate.
El Barça es el que más plasmó su buen presente ante el archirrival.
Los catalanes se dejaron seis victorias cuando se ubicaron por encima de los merengues, cayeron en cuatro y registraron tres igualdades.
Por su parte, el Real suma más lamentos que celebraciones al arribar con superioridad. En tres de estas oportunidades salieron con el triunfo y en cuatro terminaron sin poder celebrar.
Para esta ocasión, de cara al encuentro de mañana a las 9:15 a. m. en el Camp Nou, el Madrid parece tener todo a su favor si se toma en cuenta que está en la cima y tiene seis puntos de ventaja sobre los culés.
Además, Zinedine Zidane, timonel blanco, encadena 32 partidos consecutivos sin conocer la derrota y va camino del récord de 34 de Leo Beenhakker en el conjunto madridista.
No obstante, estos números previos no son sinónimo de triunfo en el clásico y así lo entiende el propio Zidane.
“Es un buen partido contra un rival muy bueno que nos va a hacer sufrir seguramente y ya está. Hay que estar preparado. Recuerdo cuando era jugador, más de un año estar primero en todas las competiciones y no ganar nada. Así que debemos seguir como lo estamos haciendo y, al final, veremos si es buena o no la temporada”, añadió el estratega.
En el bando azulgrana no se dan por menos y apuntan a que están totalmente preparados para reaccionar, en un momento clave de la temporada.
Los dirigidos por Luis Enrique suman dos empates al hilo, en su visita ante la Real Sociedad por Liga y frente al Hércules en la Copa del Rey, por lo que la presión es absoluta en el equipo.
“Están en juego los mismos tres puntos, pero la repercusión que tiene el entorno los hace especiales. Anímicamente, se empieza a jugar antes que el resto, como si fuera una final de Champions”, dijo Javier Mascherano.
Clásico de la suerte. Pese a que el primer clásico de la temporada se puede considerar menos trascendental que el segundo, por la época en la que se está, las estadísticas marcan que quien no pierde este duelo suele ser campeón.
En los últimos 10 años, el equipo que ganó, levantó el cetro en seis oportunidades.
El Barça aplicó esto en cinco ocasiones: cuatro veces ganó y en una igualó; al final celebró.
Por su parte, el Real gozó de esta tendencia dos veces.
Solo los culés de la temporada 2011-2012 (campeón Real) y el de la 2013-2014 (campeón el Altético) no lograron ser monarcas luego de derrotar a su archirrival.
Mientras que los merengues de la 2014-2015 (campeón Barcelona) tampoco se consagraron, aunque se impusieron en el clásico de inicio de torneo.