La superación de Santi

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Estamos claros de que este es un espacio de opinión, no una nota periodística. No obstante, ello no impide que, tal y como se estila en el periodismo informativo, le dé seguimiento a temas tocados semanas o meses atrás. Por ejemplo, hoy vuelvo a escribir acerca del caso del niño Santiago Moreira, un arquero en ciernes, cuya lucha temprana va en busca, primero de su salud, de su estabilidad física, antes de la intensificación de sus entrenamientos de portero, prácticas que, de por sí, el chico realiza, en la medida de sus posibilidades.

En Desde la Tribuna del 27 de febrero me referí a la amistad y a la camaradería reinante entre tres guardavallas, a saber: Keylor Navas, Leonel Moreira y Santiago, hijo de Leonel. Vamos, sin duda alguna, entre estos tres amigos y colegas, le ha tocado a Santi ascender por la cuesta más empinada, sin ignorar los esfuerzos cotidianos de Keylor y de Leonel por mantenerse en el sitial de privilegio que ambos profesionales ostentan; uno en el Real Madrid; el otro en el arco del Club Sport Herediano, con una asombrosa regularidad.

La edición matutina de Telenoticias nos mostró ayer a Santi de pie, sosteniéndose sin ayuda, hazaña que este chiquillo logra por un lapso de 10 minutos, en el proceso de rehabilitación que sigue, luego de la cirugía que se le practicó en Madrid, España, gracias a la determinación de sus padres, Leonel Moreira y Julieth Granados, y al significativo aporte económico de muchas personas y organizaciones de buena voluntad.

Cosas de la vida. ¿Quién no ha amanecido alguna vez envuelto en cierta modorra y, digámoslo sin eufemismos, con una tremenda tigra de ir a trabajar? Y de pronto, aparece en la tele un mocoso como Santi. Te sonríe en primer plano. Y te pega un puntapié en la espinilla, para que te dejés de mates y flojeras y te levantés de una vez por todas a enfrentar con tu mejor talante los desafíos del nuevo día, como siempre hacen los valientes.

No sé si me alcanzará la existencia para presenciar, en cuestión de 15 o 20 años, el anhelado debut de Santiago Moreira en la portería del Club Sport Herediano, en la Primera División. De lo que sí estoy plenamente seguro es que, me encuentre donde me encuentre; es decir, aquí en la Tierra o en otra dimensión, lo que soy yo… ¡No me lo pierdo!