Johnny Chaves confiesa por qué no esperó una oferta de un equipo grande

Llegó a cuatro instancias finales con el Santos, disputó el cetro de la Liga Concacaf y se le fue de las manos. Además, tuvo un acuerdo con Alajuelense y finalmente no se le dio. Chaves habló con “La Nación” sobre su carrera y los retos que se plantea

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En un abrir y cerrar de ojos cerró su etapa en Santos, donde fue entrenador, creador de la academia, formador de talentos que se exportaron a Europa y llevó al equipo a clasificar constantemente. Sin embargo, Johnny Chaves no pudo levantar el título y aunque se pensaba que el siguiente paso para él era ir a un equipo tradicional, firmó con Pérez Zeledón.

Chaves habló con La Nación y explicó si la falta de una campeonización lo marca y dio las razones por las que no esperó por una oferta de un grande.

Muchos se acordarán de lo bueno que hizo en Santos, pero también de que no se le dio el título. ¿Lo marcará esto? ¿Fue su gran debilidad?

Pïenso que no me marca la falta del título, porque la mayoría de objetivos se cumplieron. Creo que el equipo que estaba más cerca de llegar a ser campeón era el que llegó a la final de la Concacaf. Siempre digo que el campeonato que ganó Pérez Zeledón era el que debía de ganar Santos, no por desmeritar a Pérez, sino por el momento que vivía ese plantel, pero no tuvimos la capacidad de coronarlo. Puede que se me achaque lo del título, estará en la hoja de vida, pero hay que aceptarlo.

Desde afuera parece que es hora de que Johnny Chaves dé el salto a un equipo grande y con más presupuesto. ¿No siente que debía esperar un poco por otras ofertas?

No pensé en esperar, porque la vida es ahora y nunca he sido calculador. Una vez me preguntaron que si estaba capacitado para dirigir la Selección o asumir un equipo grande y dije que sí, no me lo voy a callar, confío en mis capacidades y no vendo humo. Uno siempre debe ver hacia adelante, dar lo mejor y si sale una posibilidad valorarlas. Si sale una oportunidad estando acá, la valoraré y se la comunicaré al club.

¿Este no era su momento para aguardar por una oferta de un tradicional?

Nunca me pasó por la mente, repito que pienso en el ahora y en el momento, no me gusta calcular. Mi momento es el ahora.

Llegó a ser el entrenador más estable en el fútbol de Costa Rica. ¿Por qué dejar un proyecto en el que le restaban cuatro años de contrato?

Iba a cumplir cinco años en el puesto, había encontrado la estabilidad, pero algunas cosas no estaban saliendo como queríamos. El cambio no surgió de la noche a la mañana, sino que habían contactos entre Santos y Pérez Zeledón y quedó abierta la posibilidad. Se dio ahora, fluyó muy rápido y se concretó todo.

¿Le fue difícil dejar un proyecto que formó y tenía su sello?

Fue un proyecto que funcionó muy bien en la parte de formación, vender jugadores, y aunque hizo falta el título, había paciencia. Sin embargo, ahora los patrocinadores estaban presionando más, invirtieron su dinero, querían resultados a corto plazo y es comprensible. Lo importante es que funcionó, se lograron cosas y terminé en paz y agradecido.

¿Considera exitosa su gestión en Santos?

Además de dirigir al primer equipo, formé la academia, se lograron colocar cinco jugadores en Europa, se clasificó cuatro veces al hilo, se participó en Concacaf y se llegó a una final en este torneo. Así mismo, se subieron jugadores de la cantera y se consolidaron, pero los objetivos fueron cambiando un poco, ahora hay más exigencia, más allá de promover jugadores y colocarlos. Los patrocinadores quieren resultados a corto plazo, no se dieron en esa línea y esa estabilidad llegó a su fin.

¿Veía real el cumplir su nuevo contrato con Santos y llegar a nueve años en un solo club?

Siempre hubo un gran apoyo de la dirigencia, credibilidad y en momentos difíciles nos mantuvimos unidos, así que lo veía posible. En el fútbol se depende de jugadores, de la calidad y los resultados, pero viendo los antecedentes de los momentos que pasamos, daba pie para que considerara que se iba a lograr.

¿Por qué recomendó a Luis Marín para sustituirlo en Santos?

Yo era el director deportivo de Santos, formamos la academia, trajimos unos holandeses, capacitamos, los planes de desarrollo de la liga menor estaban bajo mi supervisión y manejaba todos esos aspectos. Entonces tenía un grado de confianza muy alto con el presidente, había mucha credibilidad y madurez.

”Hace un tiempo, cuando la Liga me ofreció irme con ellos, el presidente de Santos me había dicho que si por alguna razón me iba, él necesitaba tener un plan B. Me preguntó que a quién recomendaba y no era amenazante para mí. Le dije que Luis Marín era gran un candidato, porque tiene dos mundiales como asistente, fue campeón, jugador internacional y seleccionado en su momento, así que cuenta con todos los ingredientes”.

¿Por qué aceptar un Pérez Zeledón que no es tan protagonista como antes?

La gente me ha demostrado que valora mi paso anterior en Pérez Zeledón en lo deportivo y lo social. Desde el lunes he recibido mensajes, me saludan en la calle y Juan Luis Artavia (presidente de Pérez) me dijo que ya fueron campeones y quieren volver a lograrlo. Son varios factores deportivos, hay potencial y este equipo es de los llamados a pelear siempre.

El banquillo de Pérez no es tan estable como el de Santos. ¿Lo puso a pensar esto?

No. Siempre he hecho trabajos largos. La primera vez en Pérez duré cinco años de asistente y dos años y medio de entrenador. Luego me fui a la UCR y estuve dos años y medio de técnico, en Cartaginés dos años y tres meses y en Santos casi cinco años. Uno entiende que en esta profesión la estabilidad es lo más difícil, pero confío en mis capacidades y el trabajo que hago. He podido estabilizar banquillos difíciles. En Cartaginés el último entrenador que duró más de dos años fui yo y eso que es uno de los equipos más difíciles para encontrar estabilidad.

El cambio de Guápiles a Pérez Zeledón fue muy rápido. ¿Ya pudo trasladar todas sus pertenencias?

El lunes en la mañana saqué todo, entregué el apartamento y me vine con lo que tenía allá: ropa, libros, materiales deportivos y con eso es suficiente. En Guápiles casi que todo lo que tenía era del equipo.