Joel: Aléjate del Arsenal y sé feliz

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Admitámoslo: cinco años después de su arribo al Arsenal, Arsene Wenger aún duda de la jerarquía de Joel Campbell para abrirse un hueco en la formación estelar del equipo.

Por quinta vez desde 2011 lo cedió a préstamo, en un ejercicio recurrente de desconfianza que condenó al tico a peregrinar por Europa tras su consagración.

La cercanía con Bryan Ruiz y la calidez del Sporting de Lisboa podrían combinarse para que, esta vez sí, el proyecto de crack rompa el cascarón y se haga realidad.

Lorient (Francia), Real Betis y Villarreal (España) y Olympiacos (Grecia) fueron las escalas previas de ese viaje forzado en procura de afirmarse como futbolista de primer nivel.

Wenger parece haberse hastiado de esperarlo, aunque en beneficio de Campbell cabe apuntar que el flemático francés jamás se la jugó por él mientras el tico le correspondió. La prensa inglesa recordó que cuando Arsenal se enfrentó al Barcelona en la Champions, en febrero, Joel estaba en forma y Wenger prefirió a Alex Oxlade-Chamberlain, quien venía de una lesión.

Un mes después, en una producción convincente ante el Swansea, lo sacó pese a establecer el 1-0 parcial en un juego que acabaría en derrota 2-1, cuando en la formación de los Gunners había otros candidatos cantados para el relevo por su pobre desempeño.

Cederlo una y otra vez demuestra que Arsene desconfía de él, que lo ve como un hombre prescindible y que a lo sumo es su cuarta o quinta opción, aun en los peores escenarios de competición.

En contra de Joel juega la sobreoferta de alternativas con que cuenta Arsenal para alinear en el costado del ataque y dar profundidad al juego del equipo.

Veamos, si Oxlade-Chamberlain no actúa por lesión, tienen vía libre Theo Walcott, Alexis Sánchez y Alex Iwobi. Pero la cosa no acaba allí, porque vienen Aaron Ramsey y Jack Wilshere.

Y para ponerla más complicada, este verano fue promovido Jeff Reine-Adelaide, mientras que el alemán Serge Gnabry regresó al redil, después de sufrir como Joel el síndrome de las cesiones en West Bromwich y ganar plata con su selección en la olimpiada de Río.

A falta de un trato igualitario, en cuanto a oportunidades y confianza, quizá Joel debería negociar su salida definitiva del Arsenal e irse a jugar a un club en donde sea feliz y su zurda encuentre la regularidad que lo inmortalice.