Sin ser el líder del torneo, Herediano reforzó su cartel de favorito al cetro nacional. Lo hizo hincando justamente a Alajuelense, el club que parecía intocable en la cima.
Con la victoria, 2-3, los florenses les recordaron el domingo a los liguistas que en la ruta al título serán recios oponentes. Y que la cacería por finalizar puntero está más viva que nunca. Hoy amanecen separados por tres unidades.
El cuadro rojiamarillo fue capaz de remontar la desventaja en el primer tiempo y sentenciar el duelo en un abrir y cerrar de ojos con golazos incluidos.
El Team, en su condición de campeón, salió fortalecido del Nacional porque ratificó en la cancha que le perdió el respeto a Alajuelense y sobre todo que tiene un plantel tan amplio que, con un par de retoques, es capaz de traerse abajo al más pintado del campeonato.
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Los manudos tuvieron la viveza necesaria para abrir un par de boquetes en la puerta de Leonel Moreira, cómplice del segundo tanto obra de José Guillermo Ortiz. Sin embargo, después, fueron incapaces de blindar el marcador y acabaron arrodillados.
Cuando Ortiz madrugó al Gavilán Gómez y fulminó a Moreira, en el minuto 40, el juego estaba en el bolsillo erizo.
Previamente, Osvaldo Rodríguez había abierto el marcador con un cabezazo (10’) y Jonathan Hansen lo empató con un misil desde fuera del área (20’).
Al finalizar el primer tiempo la sensación era de que los anfitriones no perderían el encuentro porque identificaron tan bien los puntos débiles de su rival que sabía por dónde herirlo.
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No obstante, en el complemento, a Herediano le bastó un minuto para darle un giro a la historia y salir con la confianza al tope.
El negocio no funcionó porque apenas se vendió la tercera parte de la taquilla (10.000 boletos de 28.000) y en el puntaje hubo saldo en rojo por la derrota.
Hasta la condición de líder sólido e imbatible quedó seriamente amenazada.
Los alajuelenses no fueron los mismos de la inicial, apostaron más al corazón que a la razón y se centraron en señalar al árbitro Wálter Quesada como responsable de no llegar a la paridad.
El león pudo empatar al final pero le faltó entereza y confianza para derrotar a Moreira, seguro y hasta beneficiado por una mala apreciación arbitral al soltar la pelota sin influencia de un oponente. Más allá de si el juez atinó o no en su labor, Herediano superó a la Liga y le envió dos recados: es un líder de carne y hueso y, si quiere ser campeón, tendrá un duro escollo que solventar.