Redacción
La llegada de Henrique Moura al vestuario de Saprissa tenía un doble propósito: mejorar la zaga, golpeada por las críticas del certamen anterior, y ganar una voz de mando en medio de la juventud de los hombres en defensa.
Fue en la segunda función donde el brasileño tuvo que dar la gota de sudor extra, pues sus compañeros no comprendían sus instrucciones, ni tampoco él podía entender lo que le querían decir.
Como llegó al club cuando restaba menos de un mes para el inicio de la campaña, le tocó enfocarse en mejorar el lenguaje de señas dentro del campo y, a la vez, estudiar algunas palabras básicas necesarias para comunicarse.
Aún cuando el portugués y el español tienen algunas similitudes, la realidad es que se vuelve complejo comprender lo que le quiere decir su compañero de zaga, sobre todo los movimientos de coordinación.
"El inicio fue complicado porque no comprendía y no lograba que mis compañeros me comprendieran a mí. Ahora, después de un mes acá, consigo hablar, entender y pasarles lo que yo quiero", apuntó Moura.
"Con el tiempo aprendí las formas de comunicarme dentro del campo para que me comprendieran", agregó el zaguero, en un portugués lento, en su primera conferencia de prensa después de su presentación oficial.
Ya acumula dos compromisos como titular en el Saprissa y no ha resentido el cambio de liga. Pasó de jugar en la Serie C de Brasil al torneo de Primera División de Costa Rica. Tiene algunos precedentes destacados de su paso por el balompié de su país, como enfrentar al Vasco Da Gama en el torneo de Copa del año anterior.
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El acoplamiento al once morado tuvo que ser inmediato, dado que el plantel arrancaría el torneo con una retaguardia joven, sin grandes figuras y marcadas grietas acumuladas desde la campaña pasada.
Era más que evidente que le tocaría acompañar a Julio Cascante, futbolista que empieza a destacar en el club, y también pelearía por un lugar con el joven Yostin Salinas, quien aguarda en el banco desde el inicio de torneo.
"El fútbol aquí (Costa Rica) es muy bueno, el nivel es alto. Yo lo comparo con el mismo nivel de intensidad y fuerza que yo jugaba en Brasil (Serie C). Creo que me estoy adaptando bien al fútbol de Costa Rica", apuntó Moura, quien vive solo en el país, y espera recibir la visita de sus familiares muy pronto.
Por ahora, sus objetivos se centran en afianzarse en el balompié tico y colaborar para que la S apunte a la corona. Otra meta que tiene en su cabeza es la de ayudarle a Anderson Leite para que vuelva rápido a las canchas, después de sufrir una lesión que le ha impedido consolidarse en la oncena morada.
Moura dice que desde que pisó suelo nacional, su compatriota le dio la mano. Ahora desea devolverle el favor.
También insiste en que le queda mucho por crecer. La constancia le dará más autoridad para girar instrucciones y convertirse en esa pieza de experiencia que tanto anhela el timonel Carlos Watson.
Bien lo explicó el entrenador, cuando le preguntaron sobre la necesidad de fortalecer el equipo con un defensor de peso que le proyecte seguridad y carácter a sus compañeros.
"Nos hace falta un jugador que cuando nos metan un gol, se pegue tres gritos y diga: 'señores, esto es lo que se va hacer'", reconoció Watson. Ese futbolista tendría nombre y apellidos unas semanas después.