Quedar fuera del Mundial de Brasil por una lesión en el talón derecho marcó la carrera del lateral morado Heiner Mora.
En junio, el jugador vivió la que considera su experiencia más amarga: enterarse de que no iba a jugar la Copa del Mundo a cuatro días para que iniciara.
“Era mi sueño desde niño. Cuando quedé fuera lloré bastante en la habitación; fueron momentos muy difíciles. Yo sentía que el mundo se me venía encima. Me costó asimilarlo y volver a levantarme después de eso no fue fácil”, recordó.
Pero el fútbol fue compasivo con el saprissista y tras perderse la cita mundialista, Mora empezó a trazar el camino de lo que es hoy su mejor momento.
El 2014 representa un año de revancha para el carrilero, en especial el último semestre en donde sus goles fueron letales y decisivos en la obtención del campeonato para el Saprissa .
“Lo del Mundial me marcó demasiado, no le puedo decir cuánto lloré; se me cerró la oportunidad de mi vida, pero Dios tenía su propósito”, agregó.
¡Y vaya propósito!
En este Invierno Mora fue de los responsables del repunte tibaseño, se convirtió en un baluarte en la zaga y también se encargó de darle dos enormes alegrías a la afición saprissista en la semifinal y final nacional.
“En lo personal me siento muy bendecido por haberme dado un torneo tan valioso. No tengo más que agradecerle a Dios. Siento que el trabajo y la constancia fueron claves para superar lo que me pasó”, comentó el jugador más regular de Jeaustin Campos.
Heiner, quien hasta ayer hizo sus primeras compras navideños en compañía de su familia, enumeró las claves para que tanto él como sus compañeros alzaran la estrella 31.
“Fue una lucha constante día a día. La unión de grupo me parece que pesó; hubo muchas críticas externas de los mismos directivos y eso al equipo no le gustó. Fueron críticas por parte de nuestros jefes y sabíamos que debíamos cambiar esa imagen”.
Soporte. Previo a entrar en fases finales y aún con un equipo que despertaba dudas, Mora se apoyó en el aliento de su hijo Santiago. “¡Oeeee oeeee oee Titi Titi!” Es la frase con la que su pequeño lo recibe cuando llega a casa.
“Mi familia jugó un papel fundamental para mí en este año, fue un apoyo incondicional que tuve y ahí es cuando uno ve quién está a la par en todo momento”.
Sobre sus anotaciones ante la Liga y Herediano, tiene muy claro con la que se queda. “ Definitivamente el gol del clásico por lo agónico que fue ”, explicó. El resto ya es historia conocida; el título significó su mejor revancha.