Grecia vivió un frenesí con el ascenso

Cualquier lugar fue bueno para ver el partido: un árbol, una ventana, un techo y hasta una montaña de tierra

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El punto de convocatoria para la fiesta en Grecia era el estadio Allen Rigioni. Mismo que se abarrotó una hora antes de iniciar el compromiso ante Jicaral.

Los griegos cumplieron a cabalidad su posición de jugador número 12. Se pusieron la camiseta, la sudaron e hicieron su juego, el que también ganaron por goleada.

El fuerte calor, que luego pasó a bochorno y después a aguacero cerrado no fue impedimento para que la hinchada se volcara en una misma sinfonía: festejar el ascenso.

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Cualquier lugar fue bueno para ver el partido: un árbol, una ventana, un techo y hasta una montaña de tierra. En la casa griega no cabía un alma.

Solo se respiraba triunfalismo, mismo que brotó por doquier con el pitazo final. Los hinchas se brincaron las mallas y se fueron a agradecer a sus jugadores, quienes pusieron a su equipo en la primera plana de fútbol tico.

Mientras el técnico Walter Paté Centeno celebró con su familia, más de un centenar de seguidores le daba las gracias. Al igual que al asistente Douglas Sequeira.

El cariño y agradecimiento hacia el Paté se hizo sentir todavía más cuando el entrenador fue a recoger su medalla, subió a la tarima de premiación y fue ovacionado.

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Una historia similar ocurrió con el súper ratón, Allán Alemán, uno de los futbolistas más asediados y a quien hasta alzaron en hombros en plena lluvia en la grama natural del estadio griego.

"Esto es una alegría muy grande porque trabajamos muy duro para dársela a toda esta gente que festejó con nosotros. Al igual que a nuestras familias, pero en especial a todos los seguidores que fueron a Jicaral en la final y ahora nos acompañaron aquí", dijo Sequeira.

El compañero de Paté en el cuerpo técnico no duda de que el apoyo de los hinchas se mantendrá ahora que pertenecen a la Primera División.

Así como hubo celebración en el estadio, también se armó la fiesta en el parque, en el centro de Grecia.

La llovizna no fue impedimento alguno para salir a saltar a la calle, a pitar en los carros y a celebrar con los amigos del barrio. Grecia es de Primera.