FIFA le arrebató a Harold Wallace la felicidad de los 100 partidos con la Selección

Sus compañeros le celebraron los 100 juegos en un duelo ante México. Al final acumuló 102, pero la FIFA le restó cuatro porque consideró que no fueron clase A los partidos ante unas islas del Caribe en Copa Oro, ya que no están afiliadas al ente mundial

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Redacción

El 23 de julio del 2009, un grupo de futbolistas le entregó un reconocimiento a Harold Wallace por sus 100 partidos con la Sele. Ese día, frente a México y en una Copa Oro, alcanzó la centena.

En la intimidad del vestuario, el carrilero lo celebró con sus compañeros, previo a ese duelo que ganó el Tri en el tiempo extra.

No hubo un estadio lleno ni una camiseta enmarcada como en la actualidad, pero al menos afrontó aquel cotejo con la satisfacción de haber llegado al anhelado número redondo. Según sus cuentas, acabó su carrera en 102 compromisos.

Unos años más tarde, la FIFA anunció que le restaría a Harold Wallace cuatro de sus partidos, pues fueron contra rivales que no están afiliados a dicho ente, por lo que no son considerados juegos clase A.

Se trata de cuatro encuentros que disputó en Copa Oro ante adversarios del Caribe, entre ellos Martinica y Guadalupe. Irónicamente, el certamen del área es oficial, pero estos adversarios no lo son porque su federación no está afiliada ante FIFA.

Siguiendo con las ironías, un partido amistoso puede considerarse clase A, pero un cotejo en medio del torneo de selecciones más importante del área, no lo es.

Wallace hasta recibió una felicitación de Concacaf por sus 100 cotejos (otra ironía), ya que estas pequeñas islas sí están inscritas en Concacaf, pero no en el órgano rector del fútbol.

Lo cierto es que el lateral, dos veces mundialista, se quedó en 98 encuentros oficiales con la Selección. Un golpe que le duele, aun cuando en su consciencia sabe que tiene 102 enfrentamientos con el combinado mayor.

"Es una cifra muy importante. No todos los futbolistas pueden llegar ahí. En mis adentros sé que cumplí 102, y tengo el reconocimiento de mis compañeros", afirmó Wallace a La Nación.

En una pared de su casa en Lagunilla de Heredia exhibe todas las medallas ganadas y los recuerdos que más anhela. Aquel reconocimiento del grupo de compañeros por llegar al juego 100 forma parte de la vitrina.

No olvida que Germán Retana, otrora gestor de desarrollo humano de la Nacional, lideró la entrega del premio. Desde los días previos, los medios de comunicación ya hablaban de la cifra a la que llegaría ante México.

A diferencia de Celso Borges, quien recibió la camiseta enmarcada a los 29 años y con mucha carrera por delante, Wallace lo hizo en la recta final, a los 33 años, después de haber disputado dos mundiales y en plena lucha por el tercero.

Después de esa Copa Oro, afrontó la que sería su última eliminatoria. El trago amargo de aquella eliminación de Sudáfrica 2010 quedará para la historia, pero Wallace prefiere guardar todo lo bueno.

El cotejo que más le recuerdan en la calle lo vivió frente a EE. UU., cuando en una de sus típicas corridas por la banda derecha hizo una finta y dejó en el piso al defensor Alexis Lalas. La acción acabó en un centro de gol. Fue camino a Francia 1998. Unos años más tarde, acumularía dos copas del mundo: Corea-Japón 2002 y Alemania 2006.

La travesía de Harold Wallace, apodado El Rapero, fue marcada por la fuerte competencia con el lateral Jervis Drummond. El entonces técnico, Alexandre Guimaraes, solía utilizar a Wallace en los juegos de local y al excarrilero derecho de Saprissa en los cotejos como visitante.

En Corea-Japón le ganó el lugar a Drummond y acabó rotando con Steven Bryce, a quien el técnico colocó como carrilero en esa cita. En suelo alemán, empezó como suplente, tras la titularidad de Gilberto Martínez, quien rápidamente salió lesionado frente a Alemania en el primer duelo.

En ese juego de inauguración, Guima se inclinó por Drummond para reemplazar a Tuma Martínez, pero en los siguientes cotejos fue el turno de Wallace de recuperar su posición en el once titular.

"Recuerdo que estábamos en el campamento y todo indicaba que yo sería parte del equipo estelar, pero Tuma jugaba en Italia y también lo estaban poniendo allá de lateral derecho. Creo que él (Martínez) no fue honesto, estaba un poco tocado y y no dijo nada", detalló Wallace.

La lucha por un espacio le favoreció en los mundiales, pero lo hizo perderse el Aztecazo, ya que Guimaraes colocó al lateral morado como titular ante los mexicanos y a él lo mandó a la banca. En parte, porque el planteamiento de ese partido exigía un mayor resguardo defensivo y en ese punto, Drummond le llevaba ventaja.

Wallace también se hizo conocido por sus centros, que en ocasiones acabaron en la cabeza de sus compañeros, y en otras detrás del marco. El lateral dice que la afición siempre recuerda el punto negro en la hoja blanca, pues en la mayoría de ocasiones sus corridas por la banda finalizaron una buena asistencia.

Incluso, en una campaña con Alajuelense hizo 18 pases a gol.

"A Rolando Fonseca le puse el centro con que anotó el gol 1.000 de chilena, pero nadie se acuerda. En el fútbol actual veo centros detrás del marco y eso que las canchas están bien. La gente no sabe que me tocaba jugar en la cancha de San Ramón que estaba llena de peñones y en la de San Carlos, que era un barreal", contó Wallace.

Hoy, como comentarista del canal TDMás y profesor de Educación Física en Panamerican School, el lateral se alegra por los jugadores que llegaron al partido 100. Hace poco lo hizo Celso Borges y Michael Umaña.

Muy pronto será el turno de Bryan Ruiz, y seguramente otros jugadores como Keylor Navas y Joel Campbell también llegarán a la cifra. La camisa enmarcada y la ovación en las gradas terminan siendo el mejor premio al simbólico número.