Redacción
Que un proceso logre madurar sin sufrir cambios radicales en la planilla parece toda una odisea en Costa Rica. Los traspasos al exterior o el interés de los clubes grandes por los futbolistas más destacados, suelen romper de raiz la evolución de los pequeños, algo que Santos de Gúapiles ha logrado esquivar para afianzar su proyecto deportivo.
El proceso más constante del fútbol tico ahora se enfrenta a una nueva prueba: Responder a las exigencias internacionales, con los jóvenes como punta de lanza para alcanzar el boleto a la siguiente ronda de Concacaf. Este martes enfrentan al San Juan Jabloteh de Trinidad y Tobago, a las 8 p. m., en su primer reto.
De entrada, Santos afronta el torneo con siete jugadores titulares hechos en la cantera guápileña: Bryan Morales, Pablo Arboine, Wílmer Azofeifa, Eder Solórzano, Ian Smith, Reimond Salas y Osvaldo Rodríguez.
En el banquillo aguardan Yostin Salas y Denilson Mora, otros jóvenes de la casa que juegan con frecuencia.
Azofeifa y Smith ya saben lo que es militar en el exterior; el primero estuvo un año a préstamo en el equipo Sub-23 del Pachuca y el segundo jugó en el Hammarby de Suecia, previo a actuar en el Mundial Sub-20 de Corea del Sur.
Arboine también realizó pasantías en Francia y espera firmar pronto un contrato en el balompié de afuera.
La consigna de los santistas es dejar una buena impresión y sacar la serie contra los trinitenses. De antemano reconocen que de clasificar, se estarían garantizando una amplia vitrina para mostrarse en el exterior.
"Uno espera que muchos de los jóvenes puedan mostrarse y conseguir un buen contrato. Son pasos constantes. Primero, hay que darles espacio a los talentos de la cantera y luego proyectarlos afuera. Concacaf es un buen indicador para saber en qué nivel estamos", recalcó el técnico santista Johnny Chaves.
En Santos es una prioridad exportar a sus mejores fichas antes de que algún club grande trate de contratarlos, sin conseguir ningún ingreso económico a cambio.
Les sucedió con Jhamir Ordain, lateral derecho y defensor central quien firmó con Herediano, después de consolidarse en la oncena santista. Por ahora, han logrado convencer a sus jugadores de que es mejor dar el salto al exterior desde Guápiles, en lugar de ir a un equipo grande y correr el riesgo de que los envíen al banquillo.
El ejemplo lo tienen en el propio plantel con Kenneth Dixon, quien regresó al equipo ante la falta de oportunidad en Alajuelense y las constantes lesiones que le impidieron consolidarse.
Algo similar le sucedio a Rodríguez, que sí recibió el chance de jugar en la Liga, pero le costó afianzarse y al final acabó, de nuevo, en el plantel santista, siendo una de las referencias del medio campo.
La premisa del club es que haya un incremento constante en el desempeño de sus jugadores y que este se vea reflejado en los resultados. Además de la meta de cruzar la barrera de la fase de grupos de Concacaf, el plantel también se propuso lograr el título nacional, después de avanzar dos veces consecutivas a la cuadrangular.
Como parte de la evolución del proceso, es necesario mejorar los resultados, que a todas luces han sido buenos de acuerdo a las pretensiones económicas a las que puede aspirar un equipo pequeño.
Santos no tiene un solo extranjero pues lo limita la deuda con la CCSS, que le impide traer futbolistas de afuera. Debe optar por jugadores locales y hasta ahora la fórmula funciona: A los prospectos de la casa se le suman algunas piezas de experiencia, como Edder Monguio, Kenny Cunningham, Starling Matarrita y Leonardo Adams.
"Creo que es hora de buscar un campeonato para que se pueda mantener ese crecimiento, para que estimule a los demás niños de la zona a venir el equipo y lograr una mayor identificación de la afición", agregó Chaves.