El ídolo florense en la época de miseria hoy se lanza a la calle a celebrar los títulos

"A veces uno piensa y se dice a sí mismo, ‘todo lo que sufrí yo’. Antes ningún jugador quería estar en Herediano y ahora todos quieren estar en el club”, dice Robert Arias. A solas con ‘La Nación’, el nuevo asistente de la UCR conversa sobre el pasado, su presente y el futuro

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De pundonor y garra, a Robert Arias nadie le discutía. Se formó y echó raíces en el equipo de su vida, Herediano, pero nunca ganó un título. Hoy en día, después de ser el estandarte del Team durante una época de miseria deportiva, con una sequía de 19 años, el zaguero celebra el presente florense como un aficionado más.

Recientemente se unió a la UCR para acompañar a su ‘amigo’ Mínor Díaz en la nueva andadura del club, que se reforzó con 16 futbolistas con la consigna de salvarse del descenso. Como asistente técnico, espera aprender y empezar a hacerse un nombre en los banquillos.

“A veces uno piensa y se dice a sí mismo, ‘todo lo que sufrí yo’. Todo lo que sufrimos los heredianos en esa época. Nadie, ningún jugador quería estar en Herediano y ahora todos quieren estar en Herediano. Gracias a Dios cambió totalmente esa época, pero a mí me tocó otra época y no me arrepiento de nada”, reconoce Arias.

Recio defensor central y jugador insigne para toda una generación rojiamarilla, Arias no se arrepiente de haberse mantenido en el club siempre, aún cuando Alajuelense y Saprissa lo tentaron para que reforzara sus filas, un camino que, quizás, hubiese sido más sencillo.

Afirma que cada vez que camina por las calles de Heredia, los aficionados del club le agradecen el esfuerzo y la fidelidad. Su familia es seguidora del club y hasta hace poco asistía con cierta frecuencia al estadio Rosabal Cordero.

A Arias siempre le preguntan por qué no trabaja dentro de la institución y si le hubiera gustado tener un partido de despedida. Él explica que prefirió “hacer camino solito", quizás algo lejos del cantón central de Heredia, en una aventura que lo llevó a lugares como Pérez Zeledón y La Fortuna.

Hace poco trabajó en el Comité Cantonal de La Fortuna de San Carlos; también dirigió al equipo de Fútbol Consultans en la Liga de Ascenso y a la fecha hace 'de todo un poco'.

Divide su tiempo entre las labores con la UCR y su trabajo como entrenador en una escuela privada; también conduce un programa en Facebook Live al que llama 'La Hora del Capi' y abrió una escuela de fútbol para niños y jóvenes.

Reconoce que no gana el mismo dinero que facturaba en su época como futbolista, pero sí lo suficiente para vivir bien y tranquilo.

"De hambre no me voy a morir. Es un cambio muy brusco económicamente, de recibir el salario que se tiene de jugador a cuando se deja de serlo, hay que estar preparado", explicó.

Fue Mínor Díaz, amigo cercano desde que ambos jugaron en selecciones menores, el que lo invitó a acompañarlo como asistente técnico en la UCR, un club que afrontará los partidos como local en el estadio Rosabal Cordero.

Dice Olman Vega, gerente del equipo académico, que la presencia de Díaz y Arias en el equipo puede favorecer en el objetivo de atraer aficionados a los partidos de casa.

Es difícil de saber si los exjugadores pueden mover las fibras de la afición florense, lo que es cierto es que Arias regresará a un estadio que conoce muy bien.

“Ver al equipo de mi vida campeón es algo impresionante porque no lo pude ser como jugador, pero sigo siendo aficionado al Herediano. Cada vez que queda campeón toca celebrar con toda mi familia, en el carro y en todo lado”, confiesa Arias.