Desde la tribuna: No parecen águilas, sino caballos

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Vuelan, pero no son águilas, porque lo que vuelan son patadas.

Cual equinos de monte, salvajes, sin domesticación, enfurecidos, fuera de control, se dedicaron a reventar sus cascos contra todo lo esférico, el balón, las rodillas de los rivales, los tobillos y hasta la cabeza de Cristhian Lagos.

Ah, pero en la transmisión de Fox lo calificaron como un "leve roce", tan "leve" que solo derivó en fractura nasal, tan, pero tan "leve", que el infractor quiso hacer un "Goltz" de campo como en fútbol americano. Solo que con una cabeza humana en lugar del ovoide.

La frustración de verse bajo los zapatos de Costa Rica desde las eliminatorias les está calentando la cabeza, les está achicando de gigantes verdes a duendes de ese color. Decían o querían convencerse que era solo a nivel de selección y por obra de Jorge Luis Pinto. Pero no. La superioridad tica se está demostrando a nivel de clubes, con técnicos costarricenses y en abismal desventaja presupuestaria.

La Liga del "Machillo" Ramírez dobló la Cruz Azul hasta convertirla en un asterisco, sacando del camino a la Máquina Cementera, por entonces campeona defensora de la Conca-Champions.

Los derrotados no lograron digerir su fracaso. Ardidos por la eliminación, armaron una gresca vergonzosa en el Alejandro Morera Soto. Lamentablemente, algunos rojinegros mordieron el anzuelo de la provocación y todo derivó en la suspensión de Pemberton y Sancho.

Antes, el Herediano de Jafet Soto había transformado al León en minino, sin importarle que entonces los esmeraldas fuesen flamantes bicampeones del fútbol azteca. Tampoco los panzas verdes pudieron resistir la cólera y, cegados por la impotencia, quisieron armar un zafarrancho luego de una brutal agresión contra Yendrick Ruiz y la reacción por compañerismo de José Sánchez.

Lo de las supuestas águilas fue el colmo. Patada para quebrar los tobillos de Lagos, patada para arrancarle la cabeza, puñetazo de un supuesto "científico del fútbol" (mutado del doctor Jekill a Míster Hyde), empujones, zancadillas, insultos, gritos, la violencia emplumada. Frustración, frustración.

Cuidado. ¡Cuidado! Bien lo advierte Mauricio Wright: "Yo lo único que pido es que en el partido que juguemos en el Azteca llegue un árbitro con personalidad; es fútbol, no karate, hubo exceso de patadas. Esto no lo podemos tapar, no lo podemos callar y me inquieta lo que pueda pasar allá".

Seguramente, sobre la cabeza del estratega giran preguntas como "¿permitirá la Concacafox que haya una final sin mexicanos?". Y es posible que Wright Reynolds recuerde la final de diciembre pasado, cuando, en el partido de vuelta, disputado en el Estadio Azteca, el América ganó 3-0 a Tigres... al que le expulsaron tres jugadores (Burbano, Alvarez y Guzmán).