De la pesadilla al dulce presente: las razones del repunte de Cartaginés

Los brumosos pasaron de tener un 30% de rendimiento y de estar a tres puntos del último lugar con Paulo Wanchope, a registrar un 79% de desempeño y colocarse a solo una unidad del cuarto

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Cartaginés vivió una pesadilla que parecía interminable a lo largo de 10 fechas, el cuento de terror los llevó a estar a tres puntos del último lugar, con un rendimiento del 30%. Sin embargo, la narrativa tuvo un giro radical, los brumosos despertaron, su presente es tan dulce que ahora están a una unidad del cuarto lugar y el desempeño es del 79%.

La gran pregunta recurrente es: ¿qué cambió entre las 10 jornadas que dirigió Paulo Wanchope y las ocho en las que ha estado Martin Arriola?

Los jugadores son los mismos, pero las razones del repunte son claras y tienen mucho que ver con los ajustes que hizo Arriola, en conjunto con Danny Fonseca y Greivin Mora en el cuerpo técnico. Mejoras en defensa, efectividad, la incursión de Jameson Scott y Marvin Esquivel como titulares indiscutibles, así como el trabajo motivacional.

Vamos por partes para aclarar cada aspecto. El primer cambio fue a nivel defensivo, pero con repercusiones en lo físicos. Los brumosos dejaron de hacer una presión alta a lo largo de todo el partido. Martín reguló esta estrategia, la orden fue ser más compactos, esperar un poco más atrás y con esto evitó que tomaran a su zaga mal parada, como pasaba. De igual forma evitó el desgaste notorio que presentaban los brumoso a partir del minuto 70 en sus anteriores presentaciones.

Los centenarios están mejor armados en la medular y así la parte baja no tiene que hacer recorridos tan amplios al quedar en desventaja. El club pasó de recibir un gol cada 69 minutos (13 tantos en 10 presentaciones) a uno cada 72 (10 en ocho partidos).

“Martín ha estado mucho tiempo con nosotros, cuando se dio el cambio no era algo nuevo para él. Martín fue muy inteligente y lo que le metió al equipo fue orden defensivo, que era lo que nos hacía falta, porque teníamos buen volumen de fútbol. Martín también tiene muy buena lectura de partidos, él nos da herramientas, utiliza muy bien el video y plantea los juegos muy bien”, señaló Paolo Jiménez.

El nuevo timonel también aprovechó el conocimiento de la institución y de muchos de los futbolistas para dar un golpe mental y motivacional. Les recalcó que no podían ser conformistas, que era vital que defendieran la camiseta a muerte y hacerla respetar. Se puso del lado del plantel y apuntó a la unión.

En el camerino caló el mensaje y la empatía que demostró ante la crisis financiera. Aunado a esto, llegó una mejora sustancial en el ataque, se mantuvo la intención de jugar con el balón pegado al pie, pero también con la libertad de lanzar y llegar rápido al ataque.

Cartaginés pasó de concretar cada 81 minutos (11 celebraciones en 10 choques), a conseguir una anotación cada 34 minutos (21 tantos en ocho duelos). Las victorias empezaron a llegar, al punto de lograr seis victorias, un empate y solo una derrota, mientras que antes tenían un triunfo, seis igualdades y tres caídas.

“Rescato también lo que hace Martín en lo anímico y en su labor como técnico. Además, su lectura de juego es muy buena a la hora de hacer los cambios y los ajustes. Ahora somos contundentes y quiero rescatar el grupo humano que hay… Somos conscientes de que no hemos ganado nada, que tenemos que clasificar y eso es lo que queremos”, dijo Néstor Monge.

Finalmente, hay que destacar el acierto al colocar como inamovibles al central Jameson Scott y al recuperador Marvin Esquivel, ambos con apariciones a cuenta gotas con Wanchope y hoy en día cruciales en la alineación.

Scott únicamente había disputado 49 minutos de 900 posibles en la era de Chope, mientras que con Arriola estuvo en cancha de principio a fin en los ocho juegos que tiene Arriola. Incluso, aportó cuatro anotaciones y tres de ellas sirvieron para ganar dos partidos.

Por su parte, Esquivel apenas apareció en el 13% del tiempo posible con Paulo, pero con Martín disputó el 92% de los minutos. El volante da equilibrio a la hora de marcar y también se suma a la ofensiva.

“Pasé momentos difíciles, pero nunca bajé los brazos. Tenía mi motivación en mi familia y nunca me di por vencido, pese a que fue complejo. Me esforcé y cuando me llegó la oportunidad siento que la estoy aprovechando… Esto es fútbol, de mi parte no tengo rencor con Paulo, uno respeta las decisiones y hasta bromeábamos. Él siempre fue respetuoso y yo solo me esforzaba”, agregó Jameson.

En la Vieja Metrópoli apuntan que todos los ajustes alarguen el buen presente que viven y así alcanzar la clasificación en las cuatro fechas que les restan. Eso sí, reconocen que el panorama no es sencillo para lograr un boleto que se les niega desde hace siete torneos.