Colleya Fonseca: Paren el ridículo

Artículo de opinión. En este inmueble es reiterativo que las lámparas de alguna torre se apaguen y suspendan un juego por una considerable cantidad de minutos. Ya pasó en 10 ocasiones desde el Invierno 2015

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Lo que sucede en el estadio Colleya Fonseca es ridículo. Me parece que no hay otra manera de definirlo.

En este inmueble es reiterativo que las lámparas de alguna torre se apaguen y suspendan un juego por una considerable cantidad de minutos. Según un dato que reveló Tigo Sports, desde el Invierno 2015 esto mismo pasó en 10 ocasiones.

Hemos visto escenas en las que un ventilador trata de que un breaker no se dispare ante el recalentamiento de una línea eléctrica. Sí, esto lo hemos visto en un juego de la Primera División de Costa Rica.

Y la pregunta es: ¿hasta cuándo se tomarán en serio las cosas?

Cada escenario de la Primera y Segunda División en el fútbol costarricense debe pasar por una inspección que realiza el departamento de Licencias de la Federación Costarricense de Fútbol cada dos años. Al parecer, ese aval no tiene revisiones periódicas en esos 24 meses.

O le ponen “un parche” para solamente pasar la observación de Licencias y recibir la autorización para utilizar el recinto.

Los intereses en el fútbol se discuten y se negocian todos los días.

Inhabilitar el estadio que está ubicado en Goicoechea, San José, para juegos nocturnos “afecta” al Herediano, Guadalupe FC y a otros equipos que lo tienen inscrito como sede alterna.

Esto llevaría a modificar horarios en las jornadas y, es probable, que las televisoras también puedan ver en esto un problema. No es lo mismo televisar un partido entre Herediano y el Saprissa a las 3 p. m. que a las 8 p. m., ya que llevar un juego al Estadio Nacional implica un costo mayor en el precio del alquiler, por ejemplo.

Es momento de que se pongan serios. Que se apliquen los reglamentos si alguien no cumple con las condiciones mínimas para albergar un partido.

Que se tomen en serio las recomendaciones de las autoridades del país. Por ejemplo, la del Cuerpo de Bomberos si inspecciona el Colleya Fonseca y se toma alguna decisión. El ridículo de mitad de semana lo reveló un aficionado que decidió colaborar al ver la inoperancia de quienes buscaban el motivo del por qué se apagaron las lámparas, sin tan siquiera portar un destornillador.

Ya es hora de que en la Unafut se tomen decisiones valientes, una más de la actual administración. Que la presidente Vicky Ross no tema por su puesto si un dirigente de un equipo trata de orquestar su salida porque considere que le afectó con una limitación en su sede. Ya es hora de que el Colleya Fonseca deje de ser una sede de ridículos por un apagonazo más, el once en los últimos ocho años.

Un aficionado evidenció la lamentable situación en las que está la instalación eléctrica del estadio guadalupano.