Carlos Watson ganó en la estrategia, Wílmer López se dejó los tres puntos

Morados tuvieron mejor volumen de juego y generación de acciones, pero los rojinegros aguantaron, mejoraron en el compromiso y sacaron la victoria

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La síntesis del clásico nacional da un resumen frío y muy general; Wílmer López logró el jaque mate ante Carlos Watson y los tres puntos son erizos, por más cuestionamientos a los errores groseros del central Ricardo Montero y el línea Juan Carlos Mora, que dejaron a la S sin opción de jugadas.

Sin embargo, la partida de ajedrez tuvo a Watson como el claro dominador de la táctica y la estrategia, llevándose el protagonismo en casa ajena, aunque al final es claro que salió del Morera Soto con las manos vacías.

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El estratega tibaseño se impuso desde el arranque en la mitad de la cancha, apostó por un 1-4-5-1 y logró superioridad numérica en la medular, contra el 1-4-3-1-2 de López.

La zona media saprissista estuvo bien cubierta por el centro con Juan Bustos como recuperador y Ulises Segura como mixto, mientras que por los costados Daniel Colindres y David Ramírez tuvieron sacrificio para marcar y picardía para inquietar. Además, Mariano Torres entendió bien su rol de enganche y nutrió la ofensiva y supo dar una mano.

La contraparte careció de piezas para robar pelotas y armar. Luis Miguel Valle quedó al descubierto al estar solo por el centro y pese a que Luis Sequeira lo acompañó por la derecha y Din John Arias por la izquierda, se vieron en desventaja, ya que José Luis Cordero fungió como un creativo y retrocedió poco para equilibrar las fuerzas.

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Los manudos debieron enfocarse en contener las buenas llegadas por los costados, principalmente de Colindres, quien no celebró por culpa de Patrick Pemberton. La problemática en el cintura del campo erizo alargó las líneas, Cordero naufragó y la Liga terminó por jugar largo, lo que deparó en que terminaran la primera parte sin un remate directo y nulos de ideas para ofender.

A esto se sumó que las dos torres de Saprissa por los costados, Heiner Mora por izquierda y Jordan Smith por derecha, tuvieron un ida y vuelta constante, que obligó a José Salvatierra y a Kurt Frederick a contener y casi no pasar a campo rival.

El descanso le dio oxígeno a López para reacomodar sus piezas y salir del jaque en el que estaba. La orden fue juntarse más, darle más circulación a la redonda y presionar para que los morados no tuvieran tiempo de armarse.

La táctica del Pato hizo ver a una Liga mejor posicionada, con más elaboración y más sólida en defensa, sin importar que Darío Alfaro y Kenner Gutiérrez no habían jugado juntos hasta este domingo.

Watson y sus dirigidos perdieron consistencia en la presión en el complemento, también se quedaron con menos ideas para ofender y perdieron profundidad por los costados. El choque se equilibró y Alajuelense fue ganando metros en campo tibaseño.

Cordero se encontró con sus compañeros, Frederick y Salvatierra pudieron pasar más y los dueños de casa abrieron el marcador, eso sí, tras una clara mano de Jonathan McDonald; aunque el atacante no es el responsable del error y simplemente dejó en evidencia que es oportuno dentro del área: sabe leer el juego y su movilidad siempre es un dolor de cabeza.

Las expulsiones de Henrique Moura y Jerry Bengtson se trajeron abajo la estrategia saprissista, las piezas empezaron a caer y más allá de que Watson intentó reaccionar colocando a Luis Stwart Pérez, Marvin Angulo y Jonathan Moya, la partida estaba rota.

Al final, el Pato dio el jaque mate y acabó con un enfrentamiento en el que por táctica se impuso el técnico de la S, pero por resultado se lo dejó el ídolo rojinegro.