Carlos Watson está mejor de salud, pero en el fútbol no tiene cura

El exentrenador del Saprissa habló con La Nación cuatro meses después de alejarse de los banquillos y no descarta regresar

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Carlos Watson es un apasionado del fútbol. Todos los días ve un partido, un resumen, al menos un gol... No puede pasar 24 horas sin tener relación visual con la pelota, pese a que el 17 de diciembre pasado se retiró como entrenador por problemas de salud.

Su presión arterial le jugó una mala pasada y su médico de cabecera fue claro en que la vida que llevaba como estratega del Saprissa no lo conduciría a un desenlace feliz. Debía hacer un alto en el camino; no obstante, la pasión no se puede dejar atrás.

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El romance con la pelota es tal que pese a las advertencias no descarta regresar. ¿Cómo no, si con él una conversación sobre el balompié pasa de minutos a horas? El timonel respira, habla y come fútbol.

“Si en seis meses puedo volver, pues hablaré con mi médico, aunque no lo creo. Después seguirá otro plazo, que es un año... Veremos si el médico y mi cuerpo me dejan, si al final es así, pues lo haré”, sentencia.

En resumen, todo depende de su salud.

En la actualidad, dice estar ‘bastante mejor’ que en diciembre del 2017, cuando dirigió su último partido en el Saprissa: una derrota 2 a 1 ante el Santos de Guápiles.

De hecho, el estrés era tal que el 18 de diciembre, por la mañana, Watson se levantó asustado porque pensó que se había levantado tarde para ir a dirigir la práctica morada... Había olvidado que nueve horas antes puso su renuncia.

Ahora, don Carlos tiene una rutina de ejercicios diaria y realiza pruebas de esfuerzo cada cierto tiempo para medir su corazón.

“En realidad estoy bien, estoy entrenando bastante. Hay un programa de entrenamiento que me realizan en un gimnasio, he hecho pruebas de esfuerzo en la clínica y he salido bien. La última medicación me ha ayudado muchísimo. Le agradezco a mi entrenador que maneja un programa para fortalecerme muscularmente y en la parte aeróbica”, explicó.

Entre el ejercicio y las citas médicas sobra bastante tiempo para disfrutar de lo que más ama: el fútbol.

El exentrenador del Saprissa dedica la mayor parte del tiempo a ver deportes por televisión, sobre todo el internacional. Él no esconde que le encanta observar los resúmenes de la cadena ESPN.

Los lunes son los días de más análisis, porque ve cada una de las conferencias que dieron los técnicos ingleses el fin de semana, después de la jornada de la Premier League; esa es su forma de mantenerse empapado del mundo del balón.

“Disfruto mucho. Ahora me sobra tiempo no solo para ver al Barcelona, al Madrid, al United, al City... Ahora sé que el Eibar es un gran equipo. Sé qué es el fútbol español del Valencia hacia abajo; también sé que es el fútbol inglés del Arsenal hacia abajo”, expresó.

Desde los 21 años tiene relación profesional con este deporte... Hoy tiene 66 y el brillo de sus ojos al recordar anécdotas no se borra.

Rápidamente hizo un recorrido desde el pueblo de Cruce, en Limón, hasta Cieneguita... Ahí nació su amor por la pelota.

“No he podido desligar el fútbol de la vida. Porque yo me he dado cuenta y he entendido por qué el fútbol argentino es como es, el brasileño y el nacional. Así se lo explico: Es muy difícil ser desordenado en la cancha y ordenado fuera de ella. Desde que un muchacho entra en una escuela de fútbol no se puede desligar su educación de valores de los que enseña el Ministerio de Educación. Al menos así lo veo yo”, profundizó.

Para Watson el Deporte Rey es un lenguaje no verbal en el que se encuentran elementos necesarios para criar a un buen ciudadano: el trabajo en equipo, la perseverancia, la lealtad, la cohesión del grupo, la insistencia y ante todo la disciplina.

Su formación integral humanista junto con su formación académica como profesor de educación física hacen que el técnico tenga, según él, ese don de formador de talentos.

Por su dirección técnica pasaron nombres como Wílmer López, Wálter Centeno, Erick Lonis, Winston Parks, Jervis Drummond, Gilberto Martínez, Douglas Sequeira, Alejandro Sequeira y Minor Díaz, entre muchos más.

“Soy profesor de educación física y vamos a un tema de metodología y conducción de gente. Yo soy entrenador y profesor y conociendo ambos ambientes pues puedo influenciar en la vida de deportistas, creo que aquel dicho de que el conocimiento es poder puede que se aplique acá. También baso los perfiles de jugadores, a la hora de la detección del talento, en los mejores equipos del mundo gracias a los informes de FIFA”, contó.

—Pero, ¿cómo se educa a un jugador don Carlos?

—Voy con un ejemplo: Con Lonis siempre lo guié y nos reuníamos los lunes para charlar sobre qué debía y no hacer... Al inicio el que hablaba era yo, después él comenzó a meterse en la conversación, hasta que un día habló solo él y ya ahí yo cumplí y dije: está listo”, respondió.

Si se le cuestiona al 'DT' por su aporte al fútbol costarricense, nunca se le escuchará decir que aportó conocimiento, tampoco se echará flores... No es su estilo.

“Entrega total y absoluta, sí mucha pasión, aunque se burlaron porque dije eso una vez. Yo logré entender que tenía que conocer más al hombre que practica el fútbol, porque ese deporte no es solo una volea, una chilena... Detrás de eso hay personas que tienen ‘n’ cantidad de problemas”, detalló.

Jamás aceptará que hay una deuda entre el fútbol y él, porque es consciente que gracias al balompié tico pudo estar en tres mundiales menores: Nigeria 1999, Argentina 2001 y Finlandia 2003.

“No me deben porque fui a tres mundiales menores. Me hubiera encantado ir a uno mayor, pero no se pudo y ya está. Sin embargo, sí pude ir a enriquecerme a una cultura como la nigeriana, entonces aprendí mucho en ese Mundial, también en el de Argentina y en Finlandia; en ese último pude estudiar a los alemanes”, declaró.

Entre formar un futbolista o trabajar en un primer equipo, don Carlos es enfático en que cualquiera de las dos labores lo llena.

“Un campeonato enloquece a cualquiera y es muy lindo porque es lo que se recuerda por la sociedad, pero sin embargo a mí me llena más ver por ejemplo a un Aarón Cruz ahora jugando, porque él nos llegó muy joven a Uruguay de Coronado y vea donde está”, concluyó.

Carlos Watson tiene otro semblante, su salud ha mejorado, ahora sonríe más, pero su adicción es el fútbol y este vicio, en su caso, no tiene cura.

En corto con Carlos Watson

La diferencia entre Raúl González y Alejandro Sequeira

“Mire, una vez yo tuve la oportunidad de ir al Real Madrid a estar un tiempo observando los entrenamientos. Recuerdo muy bien ver a Raúl González practicar una y otra vez la definición. Yo estuve observando su trabajo y demás... Cuando venía de regreso en el avión, usted va a decir que es una locura, pero yo estaba seguro que Alejandro Sequeira era mejor que Raúl...

¿Porqué? Por que él era más potente, tenía mejor juego aéreo, marcaba mucha diferencia con su corpulencia...

Al final, yo siento que lo que pasó es que aquel medio (el de España) desarrolló a Raúl y el medio de acá no hizo lo mismo...

Disconforme con el fútbol nacional

No estoy conforme, vamos a decir la verdad, me parece que no estamos en el nivel que debíamos estar y acá enumero la razones:

1. No estoy de acuerdo con las canchas sintéticas.

2. Debe mejorar el calendario, para darle oportunidad a los equipos de preparar sus partidos en la Liga de Campeones de la Concacaf. Un equipo que va a jugar en Concacaf, no debe ir a Guápiles un fin de semana antes.

3. Hay que encontrar la forma de sustituir rápidamente al talento que se exporta.

4. Al fútbol no hay que quitarle ritmo en su desarrollo.

5. Mejoramiento de la hidratación en divisiones menores.

El día de la congoja para Carlos Watson y Vladimir Quesada

“Cuando hablo de mejorar el fútbol es en todos los aspectos, porque no puede ser que uno en ocasiones enfrente rivales que están mal, y no deportivamente.

Una vez fuimos a Liberia a jugar, nosotros ganamos el partido pero el problema fue lo que sucedió después cuando policías estaban esperando con unas esposas fuera del camerino a un jugador para llevárselo.

A mí me llama Vladimir y me dice: 'Profe están a punto de llevarse a fulanito... ¿Qué hacemos para ayudarle? y a mí lo que se me ocurrió fue ir a un cajero a ver si podíamos ajustar la plata... Al final la directiva de Liberia resolvió, pero se vivieron momentos muy complicados y todo el mundo estaba preocupado.

Para uno es complicado jugar esta clase de partidos porque usted sabe que el del frente no la está pasando bien”.