Carlos Mora, Warren Madrigal y el ‘síndrome’ de los polifuncionales en Costa Rica

Técnicos utilizan la frase por costumbre o conveniencia, pues les favorece cambiar a un jugador de puesto para llenar una posición, pero en pocas ocasiones se analiza si hay un ‘bien mayor’

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Hay dos afirmaciones muy comunes entre los entrenadores y que toman especial relevancia cuando se discute sobre su forma de juego, o la elección de un futbolista para cubrir cierta posición del campo.

1. “Es importante que los futbolistas sean polifuncionales”. 2. “Está trabajando para el bien del equipo”.

Es muy habitual escuchar estas frases construidas, pero pocas veces son interpretadas a fondo. Diría que, casi en el 100% de los casos, la frase número dos es real. Es decir, el técnico elige las funciones del futbolista para bien del colectivo y de su sistema.

Ahora, ¿es totalmente veraz y correcto mirar como algo “muy positivo” que todos los jugadores, especialmente los jóvenes, sean polifuncionales?

Desde mi perspectiva, muchos técnicos utilizan la frase por costumbre o conveniencia, pues les favorece cambiar a un jugador de puesto para llenar una posición, pero en pocas ocasiones se analiza si hay un bien mayor que el resultado inmediato del juego.

Quisiera puntualizar en dos casos de futbolistas que me parecen talentosos y con un futuro cercano en la Selección Nacional: Carlos Mora y Warren Madrigal.

Resulta que el técnico Andrés Carevic decide re-formular su sistema y juega con tres hombres atrás y dos carrileros. Para armar su equipo, coloca a Mora por derecha, obligado a ejecutar grandes recorridos defensivos en muchos momentos del juego.

La consecuencia: Hasta el minuto 30 del primer tiempo frente a Sporting, Mora no había pisado el área y, en cambio, prestaba especial atención a no olvidar su zona.

Ahora, si se evalúa a fondo la mejor versión de Mora (con o sin Carevic) desde que llegó a la Liga hay dos argumentos irrefutables, y es que el desequilibrio cerca del área y la fortaleza en el remate son dos de sus virtudes principales.

¿Entonces tiene sentido alejar a Mora del área y obligarlo a desgastarse para cubrir la banda, si sus virtudes esenciales están cerca del marco rival?

Y aquí viene mi primera conclusión: Para Carevic y su idea de juego inmediata, puede que el sacrificio de Mora tenga algún resultado positivo para la Liga en el corto plazo, pero también es muy evidente que esta polifuncionalidad merma las capacidades naturales del futbolista y lo aleja de otros objetivos.

Por ejemplo, disminuye sus opciones de rematar (una de sus grandes cualidades), de enganchar cerca del área (otra de sus habilidades), o simplemente de afianzarse en una posición específica para luego partir al balompié internacional más consolidado.

Mi punto es que Costa Rica se está llenando de jugadores polifuncionales (que tampoco está del todo mal), pero se está quedando sin “especialistas en su puesto” (esto sí es una desgracia evidente).

Es decir, cada vez es más común escuchar el término “falso 9″ o acompañante del 9 pero, ¿por qué los delanteros nacionales casi no suman goles en sus equipos?

Quizás, una de las razones principales es que muchos de los potenciales jóvenes delanteros pierden la confianza frente a la red porque prácticamente no rematan. Se les exige cambiar de posición y al final se alejan del área.

Mora era, desde mi perspectiva, un prospecto de extremo o incluso de ‘9′, pero ahora es un volante-lateral obligado a correr más kilómetros por el simple gusto de su técnico.

Un caso similar al de Warren Madrigal, que con Jeaustin Campos se transformó en un delantero con capacidad goleadora y que, en el cierre de esta campaña, cuando se lesionó Ariel Rodríguez, retomó esa habilidad que posee frente al arco.

Se discute mucho menos sobre el caso de Warren, pues a Saprissa lo han acompañado los resultados colectivos, lo que baja la intensidad de las críticas hacia el club.

Sin embargo, es evidente que Madrigal tenía muchos atributos para convertirse en un ‘9′ (lo principal, el gol), pero Vladimir Quesada decidió retrocederlo muchos metros y volvió a bajar sus métricas cerca del área en los últimos dos certámenes.

Repito, no está mal que haya jugadores polifuncionales. El problema para nuestro fútbol es perder jugadores con habilidades únicas por el deseo de los técnicos de que cumplan con su tarea táctica. ¿Y por qué no explotar lo mejor del futbolista?

Es decir, apostar por especialistas en su puesto y no solo por polifuncionales.