En la localidad de Montaña Grande de Lepanto de Puntarenas, Francisco Quesada Rosales está atento a su teléfono celular.
Allí no hay señal telefónica, por lo que las noticias de la salud de Fabiola Gutiérrez Anchía, jugadora y capitana del equipo Jicaral Sercoba, son solo a través de mensajes de voz o bien llamadas por la vía de WhatsApp, pues solo cuentan con banda ancha de Internet.
Fabiola, junto a su compañera Shenoa Bolívar, viajaban en un automóvil que por razones desconocidas derrapó el domingo en la madrugada, a la altura de Santa Rita de Nandayure, en Guanacaste. Se salió de la vía y pegó contra un árbol que estaba a unos tres metros de la carretera. A causa del choque fallecieron Kevin Contreras Ruiz y José David Ugalde Briceño, acompañante y conductor.
Francisco Quesada recién se había levantado el domingo, a las 5:30 a. m., cuando lo contactaron para darle la noticia. A sus 67 años y más de 25 años entrenando equipos de fútbol, no duda en afirmar que lo embarga la tristeza, que ha llorado al recordar los inicios de ‘Fabi’, como le dice cariñosamente.
No puede ocultar su preocupación por Fabiola, quien está sedada, en el Hospital Enrique Baltodano de Liberia, con más de 30 horas de estar en coma (al momento de la entrevista). Ella fue sometida a una cirugía en la pierna derecha, la cual le hicieron para evitar amputársela.
La recuerda por su fácil sonrisa, sus ojos verdes y el esfuerzo y el pundonor que pone en la cancha cada vez que disputa un balón, así como el apoyo a sus compañeras, características que la han distinguido y por las cuales la nombró capitana del equipo.
“Fabiola no será la misma. El accidente fue muy grave y ella está delicada. Aún está en coma y hay que esperar que despierte para conocer el alcance de las lesiones en su cerebro, el cual está muy inflamado Esperamos en Dios que todo salga bien para ella, que está luchando por su vida”, comentó Quesada.
“A Fabi la conozco desde hace cinco años, cuando entrenaba al equipo Dimas San Pablo, de Nandayure, que tenía un convenio con Dimas Escazú y con el entrenador Geovanni Vargas. En ese entonces me la recomendaron con 15 años y desde el primer día le vi condiciones. Ella es fuerte, tiene buena pegada y me demostró tener don de liderazgo”, recordó Quesada.
El entrenador relató que cuando Jicaral le pidió hacerse cargo del equipo, él se llevó a Fabiola Gutiérrez Anchía y a otras jugadoras con el fin de fortalecer el plantel, con el cual venían trabajando muy bien, aunque hace unas semanas dejó el equipo por razones personales.
Buena estudiante
Otra de las cualidades que destacó el estratega de Fabiola es su deseo de aprender y surgir en la vida, pues es muy aplicada en el estudio.
“En el colegio de Mansión de Nicoya tenías notas de honor, era de los primeros promedios. Recuerdo que una vez vino muy triste porque una materia le dio solo 96. Ella es una muchacha brillante y simpática. Sus compañeras la quieren mucho, porque las apoya y siempre está atenta a ayudarlas”, dijo Quesada.
“Actualmente trabaja administrando un supermercado en el cruce de Pueblo Viejo. Con su trabajo se compró una motocicleta para trasladarse y su mayor deseo es estudiar y viajar. Ella es muy buena futbolista, puede jugar tanto como defensa como delantera, pero quiere empezar una carrera universitaria, lo cual es muy comprensible e importante”, acotó.
El entrenador también destaca su disciplina táctica y entrega en la cancha, afirmando que puede jugar tanto en diferentes posiciones en la cancha.
“Ella en Nandayure jugaba tanto defensa como de delantera. Aunque no es muy alta, salta muy bien y es fuerte en el juego aéreo. Recuerdo que en el campeonato regional anotó un gran gol, luego de un cobro de tiro de esquina, que nos dio la clasificación. Fue una jugada de pizarra que salió muy bien. Con esa anotación ganamos 1-0″, manifestó Quesada.
“En las redes sociales las personas han escrito mensajes de apoyo muy bonitos. Todos dicen que es una guerrera y que pronto volverá a estar en la cancha. Soy una persona muy realista, después de ver el vehículo en que viajaban es un milagro que esté viva. Ella seguirá luchando, como lo hace cada vez que disputa una pelota en la cancha”, subrayó.