Arquero Marco Madrigal no halla respuestas a los traspiés en su carrera

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El arquero Marco Madrigal no encuentra explicaciones al rumbo que tomó su carrera futbolística.

En diciembre de 2015, el guardameta debutó con la Selección Nacional. Aunque se trataba de un once alternativo para enfrentar un fogueo ante Nicaragua, le había llegado la oportunidad que cualquier futbolista espera.

Su rendimiento con el Santos de Guápiles era ascendente y otro amistoso, ahora ante Venezuela a inicios de 2016, lo volvió a poner en el marco de la Tricolor. En ese juego mostró un buen nivel, pero recibió el único gol por un error en una acción de táctica fija.

Pero hasta ese momento el fútbol le estaba dando a Madrigal los frutos de la constancia; sin embargo, en menos de dos años todo cambió.

Este viernes el guardameta fue separado de Cartaginés como parte de las medidas tomadas por el club ante la crisis que vive en el Torneo de Apertura.

Algo similar le había sucedido con el Santos, equipo que prescindió de sus servicios tras terminar el Invierno 2016, cuando se le abrieron las puertas de los brumosos.

No obstante, su historia en la Vieja Metrópoli, de menos de un año, la vivió principalmente en el banquillo y es ahí donde el arquero no halla razones.

"Es complicado, no sé, a veces me pongo a pensar, meditar qué estará pasando y es complicado, la verdad no encuentro respuestas, me pasan muchas cosas por la cabeza, cosas buenas y cosas malas, pongo en manos de Dios lo que venga, tal vez esto sea una oportunidad y lo tomo como algo bueno y lo malo lo elimino", comentó poco después de salir del estadio Fello Meza.

A Madrigal la noticia de su salida le llegó por sorpresa, no lo esperaba y siente que no tuvo la suficiente oportunidad para demostrar lo que podía aportar al equipo.

La difícil situación en las filas blanquiazules y su mala racha individual han llegado a quitarle el sueño.

"Desde la banca no puedo hacer mucho, no sé qué sentirán los compañeros cuando juegan... la verdad todo esto que está pasando me estaba quitando el sueño, no podía dormir, menos el miércoles después de esa catástrofe (goleada 2-6 ante Carmelita), igual seguía pensando qué pasaría, pero son cosas del fútbol, a veces le pasa a ciertos equipos y Cartaginés está en una mala racha de la que está costando salir", añadió.

Pese a esos sentimientos que invaden el pensamiento del portero, afirma que ahora necesita mantenerse en forma para buscar nuevos bríos en el próximo certamen.

"Es duro, pero lo pongo todo en manos de Dios, pues tiene un propósito para cada uno. Ahorita no me desespero, estoy tranquilo, seguiré trabajando solo", concluyó el jugador de 32 años.