Un compromiso muy importante le alteró los planes de sus cortas vacaciones y eso provocó que después de regresar de su primera experiencia con la Selección Mayor, Alonso Martínez solo pudiera estar un día en su tierra natal, la Isla de Chira.
Pero regresar y tener que acudir al Estadio Nacional el jueves para estar presente en la gala de premiación de la Unafut lo llenaba tanto como haber ido a su pueblo, aunque fuera un día.
El futbolista de Alajuelense ganó dos premios que son muy importantes para él, en una elección que recayó en los votos emitidos por la prensa deportiva, los aficionados, los directores técnicos, los presidentes de los clubes, la Comisión Técnica de la Unafut y el técnico de la Selección Nacional.
Martínez ganó el reconocimiento a la acción Fair Play, con lo ocurrido en la sexta fecha del Apertura 2021, cuando Alajuelense recibió a Grecia y hubo una acción en la que el veloz rojinegro se fue al piso ante la marca de Jean Carlos Sánchez. De forma inmediata, el silbatero David Gómez pitó la pena máxima.
El futbolista de la Liga optó por ser sincero y le dijo al central que no había sido penal.
Lo ocurrido esa noche en el Morera Soto le genera este premio muy significativo para él, aparte de la anécdota de que al cambiar de decisión, Gómez lo amonestó, una tarjeta que Martínez no entiende hasta la fecha y menos aún cuando en el reporte se indicó que esa amarilla fue por intentar engañar al árbitro.
Aparte de eso, Martínez también fue declarado el mejor jugador del torneo, un premio con el que soñaba desde niño.
“Desde que me fui a préstamo a Guadalupe y estuve también en Segunda División con Palmares, creo que siempre me propuse alcanzar lo que quería, que era llegar a la Liga, quería consolidarme y gracias a Dios se me dio. El profe (Andrés Carevic) me dio la oportunidad y no quise desaprovecharla y son los momentos más bonitos de mi vida”, expresó Martínez durante la gala que se transmitió por FUTV.
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Afirmó que está agradecido con Dios por permitirle hacer lo que más le gusta y luego de recibir esos premios le hizo una dedicatoria especial a sus papás, doña Flory Batista y a su papá, Alfredo Martínez (q.d.D.g.).
“A ella que ha estado conmigo en todo momento y a mi papá que lo perdí, pero había estado en los momentos más difíciles también y sé que estaría muy orgulloso de mí. A mi familia, a los que han estado conmigo siempre, al club, a mis compañeros que sin ellos no hubiese sido esto posible y muy agradecido y esperando en Dios que sean más premios”.
Martínez es aquel chiquillo que entrenaba su hermano en Chira FC, que es feliz cada vez que se sube a la lancha para ir a su casa y ver a sus amigos de toda la vida, es ese muchacho que acudió a unos Juegos Nacionales y desde ahí atrapaba miradas.
Es ese talento al que Wálter Centeno le puso el ojo y lo llevó a Puntarenas FC, ese delantero al que Víctor Badilla fichó y se lo llevó a Alajuelense.
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Un jugador que estuvo un periodo importante a préstamo, ganando horas fútbol y que cuando retornó a Alajuelense lo hizo decidido a poner todo de su parte para ganarse un puesto con ese juego veloz y pícaro que tiene, soñando con tocar también las puertas de la Selección.
Ha sido paciente, pero perseverante. Una recompensa es haber ganado el premio como el mejor futbolista del campeonato.
“Es un reto en lo personal, siempre quise serlo, trabajar día a día con mucha responsabilidad y es bonito sentir el apoyo de toda la gente y, bueno, muy agradecido con cada uno y esperemos ganar más premios”, finalizó Martínez.
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