Alajuela. El juego pintaba diferente en uno y otro lado: Alajuelense parecía que iba a montar una de esas fiestas que contentan a las feligresías; Limón se veía en uno de esos juegos en el que el sufrimiento alinea de titular.
No pasó ni una ni otra cosa. Solo pasó un encuentro normal, en el que el favorito hizo su tarea con la nota mínima.
Al final, los manudos sacaron los tres puntos, lo que cuenta a la hora de los fríos números, y se mantienen con la mira puesta en el líder invicto, Saprissa.
Hay que insistir: si por la víspera se sacaba el día, a Limón le esperaban rayos y tormentas y un partido largo, largo, largo.
El pronóstico sombrío tenía asidero: en solo siete minutos, la Liga pisó el área caribeña tres veces, con el saldo de un tiro al poste y un gol de penal (Alejandro Alpízar), una sensación de superioridad clara de la casa y la idea de que la visita no entendía de qué iba el asunto.
Los manudos empezaron el cotejo con la “quinta” puesta; lógico, con el antecedente del duelo pasado entre ambos equipos (empate a dos), Óscar Ramírez no quería sorpresas (al Machillo no le gustan; solo las que él prepara).
Alajuelense “marcó la cancha” y se puso adelante en la pizarra para decantar el choque de su lado de una buena vez.
Cuando Alejandro Alpízar marcó el 1-0, desde los 11 pasos, todo el mundo en el Morera Soto supo que solo se cumplía la lógica.
Limón no tuvo respuestas, si acaso balbuceó algo, y sus jugadores se vieron desbordados por el pie a pie alajuelense de ese inicio.
Cortito. Si esto hubiese sido boxeo, diríamos que los verdes se enconcharon contra las cuerdas para soportar el embate que se venía; de la Liga apuntaríamos que le faltó distancia y pegada para dejar tendido en la lona a su rival.
Entonces, ni las más alegres predicciones de un lado, ni los más feos temores de la otra parte llegaron a concretarse.
De tal modo, el juego entre rojinegros y verdiblancos se diluyó, se plagó de intrascendencias y resultó anodino, trabado y sin chispa.
Las cosas estaban de ese tamaño cuando Allen Guevara marcó el segundo de la noche.
Fue un tanto en el que se combinaron la viveza del veloz mediapunta y la pasividad del guardameta visitante Román Arrieta a la hora de “atacar” la pelota en su propia área chica.
Con el 2-0, los manudos buscaron un golpe de gracia y Machillo movió el banco en pos de tal afán; sin embargo, faltó tino, paciencia y pericia para ello.
Ganó la Liga, lo hizo bien, con justicia y merecimiento, porque lo intentó desde el propio arranque. Le faltó claridad para desatar la rayería que anunció al inicio.
Limón atemperó sus nervios, aguantó el chaparrón y salió apenas con un par de rasguños y un marcador presentable y completamente normal en su contra.
Pudo ser mejor para los manudos; pudo ser peor para el Caribe. A final de cuentas, fue un domingo como tantos...
Alajuelense 2-Limón 0
Alajuelense: Patrick Pemberton 6, Elías Palma 6, Johnny Acosta 6, Ariel Soto 6, Porfirio López 6, Kevin Sancho 6, Jorge Davis 6, Ariel Rodríguez 6, Allen Guevara 7, Álvaro Sánchez 6, Alejandro Alpízar 7. D. T.: Óscar Ramírez.Cambios: Alejandro Aguilar 6 (Alpízar, 72’); Kenneth García – (Sánchez, 77’); Armando Alonso – (Sancho, 79’).
Limón: Román Arrieta 6, Josimar Clark 5, Luis Carlos Artavia 5, Alvin Bennett 5, Lemark Hernández 5, Jorge Ulate 5, Yoshimar Reid 5, Kendall Wilson 5, Kevin Cunningham 5, Andrey Francis 5, Mayron George 5. D. T.: Rándall Chacón.Cambios: Kareem McLean 5 (Ulate, 46’); Álvaro Astúa 5 (Reid, 8’); Jeffry Montoya 5 (Francis, 64’).
Goles: 1-0 (7’): Alpízar, de penal. 2-0 (67’): Guevara, pase de Davis Árbitros: Ricardo Montero 6 con Rafael Andrade y Asdrúbal Alvarado. Estadio: Alejandro Morera Soto. 6 p. m.