Alajuelense, muy pronto para ser tan buena

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Después de ver a Alajuelense pasear a Saprissa en el superclásico, el pueblo rojinegro se pregunta si es demasiado pronto para algo tan bueno.

El primero que puso freno a la expectativa fue el técnico Hernán Torres, un apóstol del orden y el rigor táctico, para quien el equipo está lejos del nivel ideal.

En momentos en que la pobreza de rendimiento de la Selección avivó un cacareo nacional en torno a la continuidad del técnico, la Liga dio 90 minutos de clase magistral acerca de las bondades de agruparse para marcar y ocupar espacios a la hora de atacar.

Alajuelense tuvo estilo y ambición. Montó una telaraña para dificultar el tránsito y alzarse con la posesión de la pelota, y rompió la línea rival con lanzamientos cortos o largos a ras del piso.

Saprissa recibió una cuchillada en cada acción, ejecutada con una precisión de cirujano por hombres que siempre tomaron la elección correcta. Fueron tres goles; pudieron ser seis.

Amado u odiado, el campeonato está de vuelta cargado de sensaciones e incertidumbres, con una Liga muy distinta de la versión tensa y afiebrada que terminó al mando de Oscar Ramírez.

Esta tiene más fortaleza mental para pensar la jugada siguiente. Intuye cómo sigue el juego, dónde colocarse para dar continuidad a la jugada y cómo reagruparse si se pierde la pelota. Y lo mejor, dispone de un pase firme y un dibujo completo de la cancha para ocuparla.

De entrada se topará con un rival fregado. El Uruguay de Martín Cardetti viene dispuesto a romper el cascarón de promesa para convertirse en realidad.

El “Che” utilizó el Verano para insinuar un estilo. Lo suyo es marca de dientes apretados y, como buen estratega argentino, un viejo postulado: “para ser profundo, hay que ser ancho”, es decir, abrir la cancha, pisar el acelerador por afuera y centrar con ventaja.

Amado u odiado, el campeonato está de regreso. Veámoslo como la oportunidad semestral que brinda el fútbol para mejorar.

Alajuelense y Uruguay son un excelente ejemplo de cómo se debe administrar esta pasión nacional. Por mandato e historia la Liga puso al frente un entrenador a la altura de sus pretensiones. Y Uruguay, en medio de su humildad y limitaciones, trabaja para dar un salto.