El portero a quien le extirparon el bazo por un accidente se adueñó de la titularidad en el equipo sensación del torneo

Bryan Rodríguez, arquero de Carmelita, había vendido sus guantes y sus implementos deportivos ante la falta de confianza de un técnico, que le insinuó que dejara el fútbol

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El sueño de jugar en la Primera División parecía haberse acabado para Bryan Rodríguez. Desilusionado, había vendido sus guantes, sus tacos y tenía todo listo para empezar a trabajar en una fábrica de una zona franca.

Sin embargo, todo cambió con una llamada de la Junta Directiva de Carmelita, que estaba dispuesta a darle otra oportunidad después de que sufrió un grave accidente de tránsito, en el cual tuvieron que extirparle el bazo, en una cirugía que requirió 32 puntadas de sutura en su abdomen.

Rodríguez, actual portero titular del cuadro carmelo, equipo sensación del campeonato, admitió que lo suyo fue un milagro, pues después de aquel fatídico día, pasaron solamente 14 meses para tener la oportunidad de cumplir su anhelo de jugar en la máxima categoría, algo que llegó a ver imposible.

“Recuerdo que el 15 de junio de 2015 quedé campeón del alto rendimiento con Carmelita, en Cartago, y precisamente un mes después (15 de julio) sufrí el accidente de tránsito camino a Puntarenas. Todo fue muy rápido, yo que iba en el asiento de atrás y de pronto el vehículo empezó a dar vueltas sin control y quedó con las llantas para arriba”, relató Rodríguez.

El joven oriundo del centro de Alajuela, quien desde los 13 años se integró a las divisiones menores del cuadro carmelo, recordó que el percance fue un sábado, y que lo trasladaron al Hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas, donde lo operaron un domingo en la madrugada. Estuvo una semana en ese centro médico y posteriormente lo llevaron al hospital de Alajuela.

“Después de que me examinaron se dieron cuenta que el bazo estaba dañado, por lo que no quedó otro camino que sacármelo. De los cinco ocupantes del carro, yo fui al único que requirió cirugía. Fue muy duro, pero a pesar de todo le doy gracias a Dios por haberme recuperado”, expresó Rodríguez.

Durante los tres siguientes meses casi no pudo moverse, en su casa su único anhelo era recuperarse y volver a los entrenamientos; no obstante, una prueba más fuerte estaba a las puertas de su vida, que lo hizo pensar cuál sería su futuro.

“No podía hacer ninguna actividad física en esos tres meses. Debía recuperarme bien de la cirugía, pero lamentablemente cuando estaba bien, el técnico de ese momento no me tomó en cuenta para el primer equipo, lo cual fue muy duro porque desde los 13 años estoy en el Carmelita y es el equipo con que me he identificado”, señaló Rodríguez.

Para el arquero carmelo, aquellos momentos fueron muy difíciles, no solo por la falta de confianza, sino también porque lucía inseguro en los entrenamientos. Le daba miedo que debido a un mal golpe se resintiera de la cirugía y tuviera algún tipo de complicación.

“Tenía cierto temor. Recuerdo que no era yo mismo en la cancha, hasta que una vez en un mano a mano con un compañero salí por el balón y el remató dándome un fuerte golpe en el abdomen. Yo me levanté inmediatamente y seguí la jugada. Allí me di cuenta que ya estaba para jugar sin problemas”, manifestó Rodríguez.

Sin la confianza del entrenador, que prácticamente lo invitó a dejar el fútbol, Bryan se planteó la idea de buscar dónde laborar. Llenó papeles en diferentes lugares y un día antes de empezar su nueva vida, laborando en una fábrica de una zona franca de Alajuela, alejada de las canchas, recibió una llamada que cambió su vida.

“Había regalado los guantes y los tacos. No quería saber nada del fútbol. Ya me habían llamado de una empresa, pero el día antes de empezar a trabajar, la directiva del Carmelita me llamó porque el técnico Vinicio Alvarado estaba de acuerdo en tenerme como el cuarto portero”, recordó Rodríguez.

Todo había pasado muy rápido, a menos de un año de su accidente había retornado a los entrenamientos y jamás se imaginó que 14 meses después debutaría en la máxima categoría (19 de setiembre de 2016).

“En esos momentos es cuando uno se da cuenta de que Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros. Aunque pasé por momentos muy complicados, siempre tuve el apoyo de mi madre Marta Torres, mi padrastro Juan Martínez, mi hermano Neyser, mi hermana Judelkis y mi novia Yalitza Madrigal. Sin su apoyo y su impulso para salir adelante, habría sido muy difícil”, confesó Rodríguez

Con 24 partidos en la máxima categoría, desde el Invierno 2016, el arquero de 1,74 metros indicó que ahora vive cada partido que juega intensamente, en los que trata de dar lo mejor, no solo para retribuir la confianza del entrenador y la institución carmela, sino por el hecho que cumplió un sueño que estuvo a punto de verse esfumado.

Bryan se adueñó de la titularidad esta campaña desde el primer partido ante Cartaqinés, cuando ingresó de cambio por el lesionado Kevin Chamorro, con quien mantiene una lucha constante por ser estelar, así como con Berny Araya.

“Siempre busco aportar mi granito de arena al equipo. A la mayoría de los compañeros los conozco desde la academia, cuando entrenábamos con Luis Carlos Mejía. Es superbonito compartir ahora en Primera División con un grupo muy sano, que nos llevamos muy bien. Para mí es como un milagro y con solo el hecho de jugar, significa mucho para mí”, sentenció Rodríguez.