Luka Modric, un mago polémico que desafía la candidatura de Inglaterra

En términos de fútbol, no se puede decir nada de este mediocampista inteligente y brillante, capaz de cambiarle la cara a un encuentro con un centro o un pase profundo.

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Moscú (AFP). Cabellera rubia al viento, camiseta número 10 de Croacia en la espalda, balón casi siempre pegado al pie. Futbolísticamente, nadie puede discutir a este talentoso del Mundial 2018. Pero Luka Modric, quien debió huir de su pueblo natal a los seis años en medio de la guerra, tiene que convivir con una sombra que planea sobre él y también sobre el fútbol croata: el caso Zdravko Mamic.

Durante algunos segundos, el silencio se hizo insoportable. Aquel 11 de junio de 2018, los jugadores croatas Andrej Kramaric y Josip Pivaric fueron interrogados sobre el impacto del caso Mamic y las implicaciones en su capitán Luka Modric . El responsable de la comunicación de la delegación, Tomislav Pacak, puso fin a ese mal momento pidiendo ‘únicamente’ preguntas sobre el Mundial.

Kramaric luego afirmó que “el ambiente en el seno del equipo era bueno” y que “el resto no tiene absolutamente ninguna influencia”. Sin embargo, esa anécdota no puede ocultar el malestar que rodea al centrocampsita del Real Madrid, de 33 años.

En términos de fútbol, no se puede decir nada de este mediocampista inteligente y brillante, capaz de cambiarle la cara a un encuentro con un centro o un pase profundo. Autor de un tanto contra Nigeria y luego contra Argentina en la fase de grupos de Rusia 2018, también sobresalió ante Dinamarca (pese a errar un penal) y Rusia.

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Con el Real Madrid, al que llegó en 2012 desde el Tottenham a cambio de más de 40 millones de euros, ha ganado cuatro Ligas de Campeones en sus últimas cinco temporadas, lo que le coloca como uno de los mejores jugadores croatas de todos los tiempos, junto al goleador Davor Suker, semifinalista en Francia 1998 y actual presidente de la Federación (HVS).

“Estoy enamorado de Modric , juega con una simplicidad fantástica”, explicaba a la AFP Alen Boksic, antes del partido ante los rusos por los cuartos de final. “Hace seis o siete años que juega en el más alto nivel, es el motor del Real Madrid”, agregaba.

“Ha trabajado muy bien y muy duro para llegar a este nivel, es nuestro capitán, nuestro líder y lo sabemos”, comentó el atacante Mario Mandzukic el lunes. “Y si gana el Balón de Oro, lo habrá merecido”, acotó.

Modric quedó clasificado en el quinto puesto el año pasado en ese premio, que obtuvo su compañero madridista Cristiano Ronaldo.

Su historia personal humaniza a este jugador obligado a huir del pueblo de su familia, Modrici, ubicado sobre una cordillera del Velebit, cerca del mar Adriático, donde su casa fue destruida durante la guerra de la independencia de Croacia (1991-1995).

En Zadar, la ciudad sobre el mar en la que se refugió junto a los suyos, una pintada sobre una pared apuntó contra el crack madridista. Modric decepcionó a su país desde que fue señalado como sospechoso de haber dado falso testimonio para ayudar a Zdravko Mamic, “padrino” del fútbol croata.

Ese exdirigente del Dínamo Zagreb, considerado desde hace años como el verdadero patrón del fútbol croata, fue condenado a inicios de junio a seis años y medio de prisión al término de un proceso por corrupción y por malversación de fondos en el marco de transferencias de jugadores, una de ellas la de Modric.

“Luka, te acordarás de este día”, dice una pintada a la entrada del hotel de Zadar en el que su familia vivió como refugiada de guerra, relata el sitio especializado en fútbol de Europa del Este, Footballski.fr, en junio de 2017.

Modric había explicado delante del tribunal de justicia haber firmado un acuerdo con Mamic desde 2004, previendo el giro de la mitad de sus primas de transferencia que recibiría en el futuro. Pero en 2015 dijo que ese anexo se había firmado con efecto retroactivo cuando ya jugaba para el Tottenham.

Ese cambio de versión le costó al volante con 111 selecciones (14 goles) ser inculpado por parte de la justicia croata por falso testimonio. Fue en marzo, es decir algunos meses antes del mejor Mundial que hace Croacia desde 1998.

“Conociendo a Luka y su personalidad (...) estoy convencido de que asumirá estoicamente todo esto y que va a estar a su nivel cuando sea necesario”, había declarado el seleccionador Zlatko Dalic antes del inicio del torneo.

Por ahora está cumpliendo con los pronósticos de su técnico y el miércoles tiene otro reto a pasar en semifinales contra Inglaterra, con el chance de dar vuelta a la opinión de aquellos hinchas que le han dado la espalda. Y a la espera de la decisión de la justicia, que le podría condenar a cinco años de prisión por su falso testimonio.