Dicen que el “hubiera” no existe, pero a veces es inevitable. Para el Atlético de Madrid y especialmente para su atanaten Álvaro Morata, resultará imposible no darle vueltas a un si “hubiera anotado” esa opción clarísima, demasiado fácil para un goleador de su estirpe, recién iniciado el juego.
Aquella jugada, el mano a mano con el arquero y puntillazo sobre su achique, pero desviado, habría marcado el 3 a 1 en favor de un equipo que, con el estilo del Cholo Simeone, difícilmente deja ir una ventaja de dos tantos.
El Borussia Dortmund, en cambio, supo golpear y por partida doble cuando encontró el mínimo despiste del Atlético. En el primer tiempo golpeó con dos goles en cuatro minutos (34′ y 39′), por intermedio de Brandt y Maatsen, que lo pusieron arriba en la serie. La misma dosis aplicó en tres minutos del segundo tiempo (71′ y 74′), con anotaciones de Fullkrug y Sabitzer. Este segundo doblete dejó sin respuesta a un Atlético que había logrado ponerse de nuevo arriba en la serie con autogol de Hummels (59′) y tanto Ángel Corea (64′).
El 4 a 2 en el juego (5 a 4) se hizo demasiado pesado para el Atlético.