Barcelona no aguantó decisión del árbitro y asedio del PSG

El Barcelona llegó a su estadio con la valiosa ventaja de 3 a 2 conseguida en París. Sin embargo, todo se le puso cuesta arriba.

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Para un Barcelona dispuesto a dar la sorpresa del torneo, resultó demasiado fuerte una combinación letal: el arsenal ofensivo del PSG y una decisión arbitral que lo diezmó muy temprano.

La derrota por 4 a 1 en casa (para un 6 a 4 en el global) no parece corresponder a un Barcelona que por momento parecía capaz de dar la campanada.

La victoria azulgrana en París (3 a 2) había destrozado más de una quiniela, pero no las aspiraciones de un París Saint Germain con plantel de sobra para considerarse favorito en la serie. Incluso, hasta el minuto 13 del partido de vuelta, este martes en Barcelona, no muchos habrían apostado a que el equipo catalán aguantaría el asedio al que estaba siendo sometido en su estadio.

Barcelona no estaba dispuesto a permitir el monólogo parisino. En esas cosas impensadas que tiene el fútbol, bastaron un ataque azulgrana, un centro al área pequeña y el cierre de Rafinha en la que parecía la serie de su vida (tres goles en la serie), para que cualquier incrédulo diera más crédito a los muchachos de Xavi. En estado de gracia, el brasileño no logró conectar con su pierna derecha, pero la pelota le rebotó en la izquierda para irse al fondo de los cordeles.

El gol pareció cambiarlo todo: el Barcelona estaba en ventaja de dos goles en el marcador global, el control del juego se equilibró, el PSG perdió fuerza en su acoso...

La nueva versión del juego, sin embargo, no duró mucho por una decisión discutida del árbitro: tarjeta roja para Rónald Araujo antes de la media hora de juego (29′), por derribar en el vértice del área a Bradley Barcola cuando iba embalado hacia el marco.

La expulsión devolvió el juego al acoso ofensivo de los parisinos, que poco a poco lo canjearon por goles de Dembelé (40′), Ferreira (54′) y Mbappé (61′ y 89′).