El libreto rojiamarillo fue tímido, si quería triunfar

Yendrik Ruiz fue el único delantero en el primer lapso; luego el afán local no alcanzó

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Heredia. Hay “expertos” que llaman “signos externos” a ciertos detalles que los demás mortales podemos detectar fácilmente, si ponemos un poco de atención.

El rostro adusto de Claudio Miguel Jara al final del partido era un retrato de inconformidad.

No era para menos. Como el general solitario al final de una batalla, es posible que el timonel del campeón nacional se haya lamentado en la intimidad.

Su sesuda estrategia como local del primer choque de la serie semifinal no había dado más que la satisfacción de un gol y tres “casi, casi”, tras “despintar” en sendas ocasiones los parales de Donny Grant, guardameta adversario.

El fiel de la balanza no se inclina todavía. Es cierto. Además, la moneda sigue en el aire. No obstante, la eterna lógica del balompié reza que empatar en casa es algo así como sinónimo de desventaja.

¡Qué duda cabe! El 1 a 1 favorece los intereses del Deportivo Saprissa. Sumó un punto a domicilio y lo transpiró tras sufrir la expulsión de Juan Manuel Morales cuando aún restaban 26 minutos para que el árbitro Walter Quesada, de errática labor, lanzara el último pitazo.

El planteamiento de Jara fue avaro en el primer tiempo.

La idea de que José Sánchez por la derecha, e Ismael Gómez por el carril izquierdo elevaran centros a la zona de fuego, fracasó una y otra vez ante la imposibilidad del solitario ariete Yendrik Ruiz de soltarse del hierro eficaz y escalonado que planteó Saprissa en su defensa.

Para colmo de males, en la media cancha José Miguel Cubero, referente del monarca, no anduvo en su mejor tarde. Esto obligó a Esteban Granados a duplicar sudor y funciones y a crecer gradualmente como la mejor figura del choque.

Tras media hora de iniciativa local, uno de los escasos acercamientos morados derivó en la primera concreción, cuando Douglas Sequeira ratificó su poder de gol y de cabeza atinó en la red.

La reacción del anfitrión no se hizo esperar. Y de entrada no más en la etapa complementaria, Esteban Ramírez (relevo de Gómez) habilitó por primera vez al solitario goleador Yendrik Ruiz, quien ratificó en los cordeles de Donny Grant que, si lo dejan, concreta.

Roja y viraje. Pese al contraste, Daniel Casas, técnico morado, intuyó que a lo mejor podía retomar la ventaja inicial y hasta vencer.

Mas, la torpe acción de Juan Manuel Morales que provocó su expulsión, al 64’, fue la señal que decidió acatar Casas para salvaguardar el botín de un punto y dejar todo para el duelo de vuelta.

Uno a uno. La vieja lógica del futbol también reza que al igualar de visita, huele a ventaja.