La vieja máxima de no perder en tierra ajena, parecía generar dividendos en el libreto del Norte.
En el cronómetro se insinuaba el final. El marcador en cero era un retrato del quehacer irregular de los actores, tras un duelo alambicado y escaso de lucimiento.
Mas, en cuestión de un parpadeo, de un chispazo, de un resquicio, el saprissista Andrés Núñez soltó un obús que impactó el larguero, picó casi en la raya, pero del lado fatal, y abrió la cuenta.
El dardo certero del 81’ fue además el anticipo de un reencuentro en tiempo de sobrevida, pues Alejandro Sequeira ensartó el 2 a 0 definitivo en el minuto 93...
¡Y retornó a su estirpe!
Hasta entonces, solo habíamos tenido la ocasión de observar un encuentro equilibrado, con una clara propuesta ofensiva de los locales en el primer tiempo, ante el cerrojo del norte.
La tarea de pivoteo y los buenos desplazamientos de Alejandro Sequeira en el frente del ataque tibaseño no crearon posibilidades, debido a que, en general, la tarde no fue buena para Josué Martínez, su socio en la línea de metralla morada.
En esta primera etapa destacó también el trabajo cerebral de Walter Centeno. Con pases medidos y ubicación, mientras el Paté distribuía el balón hacia uno y otro costados, Andrés Núñez y Yader Balladares conseguían ganar las líneas del fondo y ensayar buenos centros, los que, sin embargo, no surtían efecto por el orden táctico y el fervor de hierro de los hombres de Daniel Casas.
Entre tanto, la gestación futbolística de San Carlos quedaba a medias, puesto que el creativo Álvaro Sánchez no conseguía hacerse de la pelota para buscar posibilidades en las cercanías del guardameta Esteban Alvarado.
En la segunda fase, San Carlos salió con más decisión a crear opciones, con fundamento en los buenos trazos de Manfred Russell. Sin embargo, tras cada ocasión fallida, saltaba la evidencia: en el libreto norteño, hacía falta el punch.
Un resquicio. Roy Myers, técnico local, incluyó a Allan Alemán en el segundo período (56’).
Al entrar en escena, el Super Ratón disfrutó de los aplausos que, a su vez, la tribuna le había negado al Monstruo. El pícaro Alemán provocó movilidad por el sector donde el defensa rival, Ricardo Harris, había mantenido el control absoluto.
En consecuencia, mientras los arrestos de Russell comenzaban a disminuir ante sus excompañeros, las revoluciones saprissistas en la delantera se multiplicaban y se acercaban al objetivo.
Andrés Núñez despidió un disparo que abrió la cuenta, al 81’. Y al 93, Alejandro marcó de cabeza el reencuentro del hombre gol con “los fieles de su parroquia”.
Dos a cero. Saprissa logró su primera victoria del Verano, ante un rival que elaboró su acertijo, pero este se desdibujó en los últimos renglones de su guión incompleto.