Solo los mejores deben dar clases

Quien aspire a ser maestro o profesor debe ser evaluado antes de la contratación, aunque los sindicatos se opongan.

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El informe Costa Rica: El estado de políticas públicas docentes, presentado por el Estado de la Educación el 16 de agosto, ofrece valiosos aportes que deben ser tomados en cuenta por el Ministerio de Educación Pública (MEP) y el Consejo Superior de Educación (CSE).

El estudio revela que el sistema de reclutamiento y selección de docentes para escuelas y colegios públicos es anacrónico y defectuoso porque no evalúa conocimientos, vocación, destrezas y habilidades para el buen desempeño de los educadores en las aulas.

Los procedimientos para reclutar y nombrarlos están estipulados en la ley de carrera docente (1970) y su reglamento. El Estado descuidó la formación inicial que tenía a su cargo cuando en el país dejaron de funcionar la Escuela Normal de Costa Rica y la Escuela Normal Superior, al fundarse, en 1973, la Universidad Nacional en Heredia; la primera, especializada en formar docentes para educación primaria, y, la segunda, para educación secundaria.

Desde entonces, las políticas de formación inicial docente quedaron al garete. El problema se acrecentó después, quizá, por la proliferación de universidades privadas, algunas de las cuales comenzaron a incursionar en la formación de maestros y profesores impartiendo diferentes planes y programas de estudio sin contar con la guía de un perfil profesional y lineamientos establecidos por el MEP o por el Consejo Superior de Educación.

A pesar de la posterior graduación numerosa de docentes en el país, ni el Ministerio de Educación ni la Dirección General de Servicio Civil (Departamento de Carrera Docente) efectúan pruebas para evaluar conocimientos y otros aspectos primordiales a quienes aspiran a dar lecciones en las aulas, aunque existe un dictamen de la Sala IV del 2012 para que a todos los profesionales que deseen trabajar en el Estado se les hagan exámenes previos, incluidos los oferentes del magisterio nacional, pero el fallo se irrespeta.

Acreditación. En los últimos años, en el MEP han sido nombrados, en mayor cantidad, docentes graduados en las universidades privadas. Especialistas en la materia recomiendan que las carreras universitarias en Educación deben estar acreditadas por el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (Sinaes). Sin embargo, dicho aval no es una garantía absoluta de alta calidad de los egresados.

Por ello, el MEP y el Departamento de Carrera Docente del Servicio Civil deben someter a pruebas de conocimiento y valoración personal a quienes ofrezcan sus servicios docentes para escuelas y colegios públicos, a pesar de la férrea oposición de los sindicatos.

De lo contrario, nunca mejorará la calidad de nuestra educación, cuyo eje y motor primordial es, y será siempre, el educador. Tiene mucha razón la coordinadora del Informe Estado de la Educación, Isabel Román, al considerar que para mejorar la enseñanza las políticas docentes deben ocupar un lugar preponderante en el análisis y discusión, pues la calidad de los sistemas educativos mundiales gira alrededor de la idoneidad del cuerpo docente.

El mensaje que nos deja la reciente investigación del Estado de la Nación es que, para enriquecer la calidad del sistema educativo nacional, hay que escoger aquellos factores que realmente son influyentes.

El autor es administrador educativo.