Propuesta de dos investigadores para combatir la covid-19

Si bien el uso de mascarillas y la restricción vehicular han probado ser eficaces, existe una forma de acelerar la detección de contagiados

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Una investigación reciente llevada a cabo por quienes escribimos este artículo indica que el uso de mascarillas y las restricciones vehiculares controlan en algún grado la pandemia.

El cubrebocas disminuye hasta un 95 % la transmisión persona a persona y la circulación según el número de placa los fines de semana reduce la velocidad con que poblaciones sanas e infectadas se mezclan, con consecuencias en el número de hospitalizaciones diarias.

Este repertorio de medidas, sin embargo, es limitado y su eficacia se desvanece en una población desgastada financiera y psicológicamente durante un segundo año pandémico que no da tregua.

Más aún, el comportamiento reciente apunta a una o más variantes del virus que potencialmente pueden llevar a eliminar el buen efecto de estas medidas.

Es necesaria una estrategia para tomar la ofensiva y proteger el sistema hospitalario mientras la disponibilidad global de vacunas se acelera. Por tanto, precisa detectar, confinar y apoyar rápidamente a los infectados.

La Universidad de Illinois en Urbana-Champaign efectúa desde el 6 de julio del 2020 de 5.000 a 17.000 pruebas diarias con saliva para detectar la covid-19.

Para evitar contagios masivos después del ingreso a clases en agosto, se puso en práctica un esquema de pruebas dos veces a la semana a 55.000 personas, que se mantiene hasta hoy. En el punto más alto, la tasa de positividad alcanzó un 2,86 %, pero gracias a las pruebas las personas contagiadas —especialmente asintomáticas— fueron identificadas, y desde inicios del 2021 la tasa se mantiene por debajo del 0,5 % (0,12 % al 21/4/2021).

En combinación con mascarillas y restricciones, ha sido posible mantener la pandemia en rangos lo suficientemente bajos como para reactivar la economía local.

Nuestra proposición. Costa Rica necesita una estrategia contra la covid-19, barata para el Estado y sin costo para la población, capaz de alcanzar de 100.000 a 200.000 personas diarias (no PCR-RT ni anticuerpos) junto con apoyo económico para los enfermos.

A diferencia de las PCR-RT, las pruebas con saliva con ARN viral no requieren insumos de gran demanda global, ni laboratorios de bioseguridad 3, ni personal especializado, y la certeza es de un 95 %.

Existe en el país la infraestructura, el conocimiento científico y los insumos para sistematizar una estrategia continua de pruebas. Cada una de las 104 áreas de salud de la Caja Costarricense de Seguro Social cuenta con laboratorios clínicos fácilmente adaptables para efectuar entre 1.000 y 2.000 análisis diarios, y están estratégicamente ubicadas para cubrir a toda la población. Con el apoyo de la industria nacional y transnacional, es logísticamente posible.

Por otra parte, debe protegerse a quienes han contraído el virus, porque dejarán de percibir ingresos durante dos semanas, por lo menos. Garantizarles medio salario mínimo adicional, tomado del presupuesto nacional, les ayudará a no sufrir total menoscabo en su capacidad de compra ni a caer en pobreza, lo cual, en consecuencia, garantiza la recuperación económica.

Como ciudadanos y científicos que hemos estudiado la pandemia e insistido infructuosamente en soluciones basadas en la evidencia, creemos pertinente considerar esta estrategia con la guía de la comunidad científica costarricense en pleno.

Su deber es evitar daños irreparables al sistema de salud, a las personas más vulnerables y a la economía. Detener el virus no es una cuestión ideológica o política. Las decisiones deben estar fundamentadas en datos y análisis científico-técnicos, más allá de las nociones administrativas de autoridad u opiniones.

Sus decisiones deben estar fundamentadas en la evidencia, y esta puede provenir de dentro y fuera de la institucionalidad. El tiempo se agota.

snunezcr@gmail.com

tomas.decamino@gmail.com

Santiago Núñez Corrales es informático y Tomás de Camino Beck, biólogo matemático.