Nosara tiene una cita histórica el 3 de junio. Es necesario el apoyo de los nosareños y de otros nicoyanos para crear nuestro propio Concejo Municipal de Distrito. Un paso en la dirección correcta para acercarnos, aún más, al sueño de convertirnos en una comunidad modelo sostenible.
Me gusta pensar en el plebiscito con una analogía: Nicoya es una madre y Nosara, su hija. Por mucho tiempo, la madre ignoró a su pequeña, incluso, podría decirse que la ha olvidado: los 60 kilómetros que las separan, los descuidados caminos y un difícil acceso terminaron por hacer permanente su separación.
A pesar de haber crecido “huérfana”, tanto de madre como de su abuelo (el Gobierno Central), Nosara tiene un inmenso potencial. En estos años de abandono, desarrolló liderazgo, resiliencia, así como disposición y habilidad para resolver problemas. Ahora le llegó su momento y de forma decidida desea superarse, crecer, abrir fronteras y forjarse un mejor futuro.
Lo que necesita esta hija es un empujón para contar con algunos recursos y gobernanza propios que le permitan invertir en su presente y futuro por el bienestar de todos a su alrededor.
Manejo de residuos. Uno de los tantos retos que Nosara desea resolver de inmediato es la gestión y el manejo de sus residuos sólidos. A pesar de los grandes avances logrados por cuenta propia, tiene más de 10 años tratando de solucionar asuntos urgentes junto a su madre, Nicoya, obligada por la Ley 8839 a poner de su parte.
Como esta hija persistente no ha logrado conseguir su apoyo, sabe que es tiempo de tomar las riendas del asunto: están en riesgo las aguas superficiales y subterráneas, así como la salud y el ambiente de los pobladores.
Bien sabe Nosara que este no es el único desafío. Hay muchísimos otros proyectos necesitados de atención, relacionados con la salud, el deporte, las oportunidades para la juventud, la cultura y el medioambiente.
Cuando un hijo se supera, se beneficia toda una familia. Eleva los estándares de calidad de vida en todos a su alrededor.
El plebiscito no puede verse como la guerra que vivimos en las pasadas elecciones. Somos una familia, y como tal nos apoyamos cuando uno de nuestros miembros desea superarse. Obstaculizar la superación de ese miembro no realza al núcleo familiar. Más bien, perpetúa el círculo de pobreza y la mediocridad.
Nosara tiene el potencial de convertirse en una comunidad modelo para el país. Tenemos muchísimas organizaciones, emprendimientos e involucramiento comunal. Este lugar se podría considerar un biolaboratorio de interacción positiva entre el ser humano y el medioambiente al integrar una mezcla de liderazgo, filantropía, disposición para servir y protección de los recursos naturales, tanto de pobladores locales como de extranjeros. Sería un lugar de exuberante belleza y riqueza natural.
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Dar el sí para que Nosara se consolide como una comunidad modelo sostenible, beneficiará directa e indirectamente a todo el cantón de Nicoya, del cual seguiremos siendo parte. Seremos, además, un ejemplo para Costa Rica, pues lo que fue una pequeña zona abandonada hoy empieza a ser reconocida internacionalmente por su ejemplar compromiso ecológico y de involucramiento civil.
Hay muchos ojos alrededor del planeta puestos en esta importante zona azul del país, así que espero que los nicoyanos le den la oportunidad que se merece.
La autora es educadora ambiental.